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Evidencia monumental de caza prehistórica en el desierto de Arabia

Arqueólogos de la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford han utilizado imágenes por satélite para identificar y cartografiar más de 350 estructuras monumentales de caza conocidas como cometas en el norte de Arabia Saudí y el sur de Irak, la mayoría de las cuales no habían sido documentadas anteriormente.

Dirigido por el Dr. Michael Fradley, el equipo de investigadores utilizó una serie de imágenes de satélite de código abierto para estudiar detenidamente la región en torno al desierto de Nafud oriental, una zona poco estudiada en el pasado. Los sorprendentes resultados, publicados en la revista The Holocene, tienen el potencial de cambiar nuestra comprensión de las conexiones prehistóricas y el cambio climático en todo Oriente Medio.

Denominadas cometas por los pilotos de aviones que las descubrieron, estas estructuras consisten en muros de piedra de poca altura que forman un recinto de cabecera y una serie de muros de guía, a veces de kilómetros de longitud. Se cree que se utilizaban para guiar a los animales de caza, como las gacelas, hacia una zona en la que pudieran ser capturados. Hay pruebas de que estas estructuras pueden remontarse hasta el 8000 a.C. en el periodo neolítico.

Las cometas no se pueden observar fácilmente desde el suelo, pero la llegada de las imágenes comerciales por satélite y de plataformas como Google Earth han permitido descubrir recientemente nuevas distribuciones. Si bien estas estructuras ya eran conocidas en el este de Jordania y en las zonas adyacentes del sur de Siria, estos últimos resultados amplían la distribución conocida a más de 400 kilómetros al este, en el norte de Arabia Saudí, y por primera vez se han identificado algunas en el sur de Irak.

El Dr. Fradley declaró: Las estructuras que hemos encontrado muestran pruebas de un diseño complejo y cuidadoso. En términos de tamaño, las «cabezas» de las cometas pueden tener más de 100 metros de ancho, pero las paredes de guía (las «cuerdas» de la cometa) que actualmente creemos que seguirían las gacelas y otros animales de caza hasta las cabezas de las cometas pueden ser increíblemente largas. En algunos de estos nuevos ejemplos, la parte superviviente de las paredes discurre en líneas casi rectas durante más de 4 kilómetros, a menudo sobre una topografía muy variada. Esto demuestra un increíble nivel de habilidad en el diseño y la construcción de estas estructuras.

Las pruebas sugieren que debieron coordinarse considerables recursos para construir, mantener y reconstruir las cometas a lo largo de generaciones, combinados con la caza y la devolución de los restos de los animales a los asentamientos o campamentos para su posterior conservación. Los investigadores sugieren que su escala y forma exageradas pueden ser una expresión de estatus, identidad y territorialidad. Las apariciones de las cometas en el arte rupestre encontrado en Jordania sugieren que ocupaban un lugar importante dentro de las esferas simbólica y ritual de los pueblos neolíticos de la región.

Desde el diseño de las cabezas de las cometas hasta los cuidadosos recorridos de los muros de guía a lo largo de grandes distancias, estas estructuras contrastan notablemente en escala con cualquier otra evidencia de arquitectura del período Holoceno temprano. Los investigadores sugieren que los constructores de estas cometas habitaban en estructuras temporales hechas con materiales orgánicos que no han dejado ningún rastro visible en los datos actuales de las imágenes por satélite.

Estos nuevos yacimientos sugieren un nivel de conexión hasta ahora desconocido en todo el norte de Arabia en la época en que fueron construidos. Plantean preguntas apasionantes sobre quién construyó estas estructuras, a quién se pretendía alimentar con la caza, y cómo la gente pudo no sólo sobrevivir, sino también invertir en estas estructuras monumentales.

En el contexto de esta nueva conexión, la distribución de las cometas en forma de estrella proporciona ahora la primera prueba directa de contacto a través, y no alrededor, del desierto de Nafud. Esto subraya la importancia que tuvieron las zonas ahora desérticas en condiciones climáticas más favorables para permitir el movimiento de los seres humanos y la fauna. Se cree que las cometas se construyeron durante un periodo climático más húmedo y verde conocido como el Periodo Húmedo del Holoceno (entre el 9000 y el 4000 a.C. aproximadamente).

El mayor número de cometas se construyó en la meseta de Al Labbah, en el desierto de Nafud, donde la ausencia de monumentos funerarios posteriores de la Edad del Bronce sugiere que el paso a un período más seco significó que algunas de estas zonas se volvieron demasiado marginales para mantener a las comunidades que antes utilizaban estos paisajes, y que las especies de caza también pudieron ser desplazadas por el cambio climático.

Queda por saber si los patrones de construcción de cometas a lo largo del espacio y el tiempo representan el movimiento de ideas o personas, o incluso la dirección de ese movimiento.

El proyecto, que cuenta con el apoyo del Fondo Arcadia, está ampliando su trabajo de prospección a través de estas zonas, ahora áridas, para seguir desarrollando nuestra comprensión de estos paisajes y del efecto del cambio climático.

Con información de: La Brújula Verde

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