Andan muy activos nuestros gobernantes, dando prisa a las obras que prometieron en campaña para tener más elementos que incluir en las cuentas que rindan de sus primeros 365 días de gobierno. Ya se verá en los informes de la próxima semana si hacen un recuento de cifras alegres o si con datos y verdades realmente informan de lo realizado, pero como siempre, sólo el tiempo dictará la sentencia final.
La declaración del gobernador Ricardo Gallardo en la que retoma añejas propuestas de su partido verde de castración y pena de muerte a violadores y homicidas parece que no fue un buen momento o una buena idea. Se ha discutido en los años recientes y la conclusión ha sido la misma, la Constitución lo impide, los tratados internacionales a los México se ha adherido lo obstaculizan y el sistema judicial mexicano no goza de cabal salud como para entrarle a un tema de esa naturaleza.
Si la intención fue aportar alguna solución al grave problema de violencia feminicida, quizá sería más viable apoyar la creación de la Fiscalía especializada, que por cierto se acaba de desaparecer en la entidad. Y es que el problema no es menor y si de verdad está en las prioridades del mandatario estatal, se le debe reconocer su preocupación y es de esperar su urgente intervención con presupuesto y políticas públicas para atender esa grave problemática. Según cifras de antes de la pandemia, las Procuradurías y Fiscalías en México sólo juzgan como feminicidios a 1 de cada 5 asesinatos de mujeres.
Si en cambio, lo que se buscaba era un poco de fama efímera, pues lo habría logrado porque se llevó espacios en varios medios nacionales, aunque se esfumó rápido la noticia con lo movido de los temas nacionales entre los temblores y la discusión en el Senado de la República sobre la militarización de la Guardia Nacional. Por cierto la polémica fue más en torno a las formas de Morena de convencer legisladores, muy parecidas a las viejas prácticas priistas.
Y hablando de discusiones inútiles, así parece el intento de algunos de polemizar sobre la escultura de San Luis Rey de Francia ubicada en la Plaza de Fundadores. La capital tiene muchas otras urgencias que resolver, los regidores y funcionarios municipales deberían estar más ocupados en atender las prioridades de la ciudad como seguridad pública, agua, movilidad, entre otros temas que de verdad importan más que cuestionar una escultura cuyo autor, se habría tomado algunas licencias creativas, total, hasta donde se sabe, no hay ninguna base para asegurar que el monarca francés andaba siempre con su corona de espinas o con el orbe cargado.
Son varios los problemas por ejemplo, en el Centro Histórico como para que aficionados a la historia quieran destinar recursos económicos y tiempo en cuestionar la estatua de San Luis Rey.
Por ejemplo, la creciente inseguridad que afecta tanto a comercios como a clientes, el eterno problema de tráfico y los “torpes” operativos como los calificaron algunos comerciantes que criticaron a la autoridad municipal encargada de la vialidad, que en lugar de agilizar el tráfico, buscar rutas alternas, proponer soluciones para facilitar el tránsito de peatones y vehículos, se les ocurre cerrar y desviar, lo que termina por ahuyentar a usuarios del centro. Esperemos que no derive en dejar solo y deshabitado al primer cuadro de la ciudad y que solo sea una gran cantina nocturna.
Lo que da un poco de luz en el túnel de la inflación -que según expertos podría llegar a dos dígitos al final del año- pareciera ser la millonaria inversión anunciada por el gobierno federal en el presupuesto de egresos para el próximo año y es que de confirmarse, sería muy bueno para la entidad que por fin se destinaran a San Luis Potosí, más de tres mil millones de pesos de inversiones en infraestructura.
Por Lidia Juache