La politóloga Denise Dresser aseguró que no se retiró del Zócalo capitalino ayer en la tarde “por cobarde”, sino para evitar “violencia” en contra de las personas que la protegieron de los gritos de “fuera” e insultos lanzados por jóvenes.
“El 2 de Octubre no debe tratarse de mi, sino de la patria libre y democrática, no mezquina ni militarizada, que debemos seguir exigiendo hoy”, consideró la politóloga luego de que ayer fue insultada por un grupo de jóvenes en la plancha del zócalo capitalino durante la conmemoración del 54 aniversario de la matanza de Tlatelolco.
En su columna “Fuera Dresser”, publicada en la edición de este día en el periódico Reforma, la profesora del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) sostuvo que la visión de sus “agresores” en el Zócalo no solo es “incorrecta e injusta”, también es “lamentablemente antidemocrática”.
También dijo: “Jamás pensé vivir en un país donde jóvenes me insultaran por manifestarme contra la militarización y contra la impunidad, como lo he hecho desde hace décadas, gobierno tras gobierno”, aseguró Denise Dresser
Luego de recordar la actuación del Ejercito en crímenes de lesa humanidad como la matanza de Tlatelolco en 1968, así como el episodio conocido como El Halconazo en 1971, la etapa de la Guerra Sucia y más recientemente en la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la académica arremetió contra los que presumen que la corrieron del zócalo de la Ciudad de México.
Al respecto, dijo que sus agresores “ponen en peligro” el pluralismo que toda democracia debe respaldar y violan el espíritu que animó el movimiento estudiantil de 1968.
Por ello, refirió que sus detractores tienen una visión de ella que no corresponde con su biografía por ello, consideró que es una actitud “injusta, incorrecta y profundamente antidemocrática”.
“No me fui del Zócalo por cobarde; lo hice para evitar violencia a personas valientes que me acompañaron y me acuerparon: Amnistía Internacional y las madres buscadoras de “Hasta encontrarte”, entre tantos y tantas más. No interpreten mis lágrimas como señal de debilidad, sino como muestra de dolor por mi país. Porque México no le pertenece ni a López Obrador, ni a la 4T, ni al PAN, ni al PRI, ni al Ejército, ni a los oligarcas empresariales, ni a quienes se adueñan del Zócalo. Es el país de uno, de los ciudadanos, ahora y siempre”.
En un video, Dresser dio lectura a la columna en la que concluye: “No permitiré que me corran ni del Zócalo, ni del país, ni de la lucha democrática, más importante que nunca. Aquí sigo, aquí seguiré, aquí seguiremos”.