Son más de 10 millones de guadalupanos los que arriban durante el año a la casa del peregrino ubicada en la parte posterior del cerro del Tepeyac.
Luego de realizar largos recorridos desde su lugar de origen hasta el atrio guadalupano, los católicos hacen una parada antes o después de visitar a la morenita del Tepeyac, para descansar, hidratarse y comer.
Pedro Morales, abordó su bicicleta para recorrer más de 260 kilómetro desde San Felipe Teotitlán, municipio de Nopaltepec, hasta el atrio guadalupano, antes de visitar a la Virgen Morena tomó un descanso.
Contentos porque nos reciben muy bien en la casa del peregrino. Vale mucho para nosotros para todos mis compañeros y todas sus familias, damos gracias por estar aquí con bien y todas las familias de nuestro pueblo, salud para todo el pueblo”, dijo Pablo Morales, peregrino.
El 12 de diciembre, se registra un promedio de siete millones de católicos provenientes de diferentes estados y municipios. Gran parte de ellos duerme en las calles, padeciendo las bajas temperaturas.
La Casa del Peregrino tiene capacidad para 5 mil personas y más de 250 vehículos, es resguardado por policía auxiliar y personal de la alcaldía Gustavo A. Madero.
Muchos de los alimentos que consumen los guadalupanos son donados por otros fieles, principalmente por las noches.
La Casa del Peregrino fue habilitada ante las necesidades de los fieles, pero también tiene su historia: fue una bodega del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Después un módulo de autobuses locales y foráneos, hace poco más de 10 años, el predio de 22 mil metros cuadrados fue acondicionado para recibir a miles de religiosos.
Lejos, muy lejos de hacer una petición a la morenita del Tepeyac, los fieles solo agradecen el hecho de haber llegado hasta ella.
Nos ha traído con bien a todos nos cuida y venimos con gusto a verla. ¿Cuántos años visitando la Basílica? Son 22 años. ¿Por algo en especial? Solo a darle gracias de que nos va bien todo el año”, comentó Teódulo Hernández, peregrino.
Luego de vivir las inclemencias del clima, hambre y extrañar al resto de la familia, los miles de guadalupanos se preparan para retomar su camino con destino a casa, pero con la esperanza de volver el próximo año.
Con información de: Excélsior