Que la industria automovilística global, en plena transformación, necesita cantidades ingentes de litio para la fabricación de baterías para coches eléctricos es un hecho. Solo para cumplir los los planes de transición energética de los Veintisiete, Europa necesitará hasta 18 veces más litio del que usa actualmente en 2030 y de cara a 2050, casi 60 veces más.
Así, la carrera por poseer grandes reservas de materiales clave para un futuro lejos de recursos fósiles (y de Rusia) como el litio y las tierras raras está cada vez más reñida, pero ¿en manos de quién está la producción mundial del denominado “oro blanco”? Spoiler: no es China, pero China lo controla casi todo.
En la infografía que refleja el mapa mundial de la producción de litio, (realizada por Govind Bhutada y Sam Parker, de Visual Capitalist) puede verse la evolución de la producción global de este material tan preciado por países a lo largo de 26 años (desde 1995 hasta 2021) a partir de datos recogidos de varias entidades, como BP’s Statistical Review of World Energy.
La producción mundial de litio superó por primera vez las 100.000 toneladas en 2021 (cuatro veces más que en 2010). Y aproximadamente el 90 % de esa producción procede de solo tres países: Australia, China y Chile.
De los tres, queda patente que Australia es el productor líder indiscutible, pues acapara más del 52 % del litio mundial procedente de minas de roca dura (que próximamente podría llegar al 55 %). De este, el 90 % es exportado a China. En segundo lugar está Chile, donde el litio se extrae principalmente de debajo de gruesas capas de sal a lo largo de inmensas explanadas (un método que puede demorarse hasta un año).
Y aunque China esté en el tercer puesto como productor global, tiene un peso determinante en la cadena de suministro del litio, y por extensión, de baterías para coches eléctricos. Y en los últimos años, además de estar impulsando las minas nacionales, las empresas chinas han adquirido grandes cantidades de litio de países como Chile o Canadá y Australia.
Por si no fuera suficiente, el gigante asiático también posee aproximadamente el 60 % de la capacidad mundial de refinado de litio para baterías.
Y es que en al ámbito de la cerámica y la cristalería, el carbonato de litio aumenta la resistencia y reduce la dilatación térmica, lo que suele ser esencial, por ejemplo, en las placas vitrocerámicas actuales. Asimismo, el litio se utiliza para fabricar grasas lubricantes para las industrias del transporte, el acero y la aviación, junto con otros usos menos conocidos.
A medida que el mundo produce más baterías y vehículos eléctricos, las previsiones de expertos en la materia como Benchmark Mineral Intelligence, apuntan a que la demanda de litio llegará a los 1,5 millones de toneladas de cara a 2025 y para 2030 podría ascender a más de 3 millones de toneladas.
Afinando un poco más, los analistas pronostican 2,9 millones de toneladas de LCE (equivalente de carbonato de litio, o litio de grado de batería) por año para 2032. Por comparar, desde 2015 hasta 2022 se produjeron 2,7 toneladas de LCE. Así, y de seguir la tendencia, para 2040 se espera que las necesidades de litio de un mes sean iguales a todo el litio de grado de batería producido en todo 2021.
En cifras, el litio de grado adecuado para las baterías de los coches ya era cinco veces más caro en enero de 2022 respecto al mismo mes del año anterior. Y no sólo el litio se ha visto afectado: el cobalto ha duplicado su precio en el último años y el níquel ha subido un 15%, según los especialistas de Rystad Energy.
Aunque la oferta ha seguido una trayectoria de crecimiento exponencial, los nuevos proyectos de litio pueden tardar entre seis y más de 15 años en entrar en funcionamiento. En consecuencia, “se prevé que el mercado del litio sea deficitario en los próximos años”.
De momento, el encarecimiento de los materiales con los que se fabrican los coches eléctricos inevitablemente está teniendo un impacto directo en el coste de fabricación de los coches. Esto, unido a otros muchos factores, repercute en el precio final, y por tanto, afecta a la decisión de compra.
Con información de: Motorpasión