Mario Molina ha sido elegido como uno de los doodles de esta semana por Google debido a su descubrimiento de los clorofluorocarbonos, unos compuestos químicos que se utilizan en una variedad de productos como refrigerantes, aerosoles y solventes, lo que ayudó a averiguar más sobre la capa de ozona en el mundo.
En Excélsior, te contamos quién fue Mario Molina, el primer químico mexicano que recibió el Nobel de Química y que falleció hace un par de años.
¿Quién fue Mario Molina?
José Mario Molina Pasquel y Henríquez (Ciudad de México, 1943-2020) fue un ingeniero químico mexicano egresado de la Facultad de Química de la UNAM y destacado por ser uno de los descubridores de las causas del agujero de ozono antártico.
Mario Molina nació en la Ciudad de México en 1943. Desde muy joven, mostró un gran interés por la ciencia y la tecnología. Su padre, Roberto Molina Pasquel, era un renombrado químico mexicano y su influencia en la vida de Mario fue muy significativa. A los diez años, Mario ya estaba realizando experimentos en el laboratorio de su padre, lo que despertó su curiosidad y le dio la motivación para seguir explorando el mundo de la ciencia.
Después de completar sus estudios secundarios, Mario ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar química. Allí, fue estudiante de los destacados químicos mexicanos Luis Miramontes y Salvador Elías Venegas. Durante su tiempo en la UNAM, Molina comenzó a trabajar en temas relacionados con la química atmosférica, lo que lo llevó a continuar sus estudios en los Estados Unidos.
En 1968, Molina ingresó al programa de posgrado de la Universidad de California, Berkeley. Allí, conoció a su colega estadounidense Sherwood Rowland, con quien más tarde trabajaría en la investigación de los clorofluorocarbonos (CFC). Durante sus primeros años en Berkeley, Molina se centró en el estudio de la fotoquímica de la atmósfera, lo que le permitió desarrollar su conocimiento en el campo de la química atmosférica y sentar las bases para sus investigaciones posteriores.
¿Cómo fue el descubrimiento de Mario Molina y los clorofluorocarbonos?
Mario Molina, el reconocido químico mexicano, descubrió los clorofluorocarbonos (CFC) mientras realizaba investigaciones sobre la química atmosférica en la década de 1970 en la Universidad de California en Irvine, junto con su colega Sherwood Rowland. El descubrimiento de los CFC tuvo lugar cuando Molina y Rowland se preguntaron por qué los gases emitidos por los aviones y otros medios de transporte no se descomponían en la atmósfera.
Tras realizar diversas pruebas y experimentos, Molina y Rowland determinaron que los CFC, utilizados comúnmente en productos de refrigeración y aerosoles, eran altamente estables en la atmósfera y capaces de viajar a través de grandes distancias sin descomponerse. También descubrieron que los CFC podían degradarse en la atmósfera superior y liberar cloro, que reacciona con el ozono, lo que llevó a la reducción de la capa de ozono en la estratósfera.
La investigación de Molina y Rowland sobre los CFC y su impacto en la capa de ozono fue considerada innovadora y revolucionaria en la época, lo que les llevó a publicar un artículo en la revista Nature en 1974 que atrajo la atención de la comunidad científica y del público en general. Su investigación también llevó a la prohibición de los CFC en muchos países y a la firma del Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo internacional para reducir la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono.
El descubrimiento de Molina y Rowland sobre los CFC y su impacto en la capa de ozono fue un momento crucial en la historia de la química atmosférica y la conciencia ambiental. Este hallazgo también llevó a una mayor comprensión de cómo las actividades humanas pueden afectar el medio ambiente y cómo es posible encontrar soluciones para minimizar estos impactos. La investigación y descubrimientos de Molina y Rowland continúan siendo reconocidos como un hito en la historia de la química y la lucha contra el cambio climático.
Los clorofluorocarbonos (CFC) son compuestos químicos que se utilizan en una variedad de productos, como refrigerantes, aerosoles y disolventes. Fueron descubiertos por el químico mexicano Mario Molina en la década de 1970, junto con su colega estadounidense Sherwood Rowland.
¿Qué son los Clorofluorocarbonos?
Los CFC son compuestos sintéticos que se componen de cloro, flúor y carbono. Aunque se utilizan en muchos productos cotidianos, estos compuestos tienen un impacto negativo en el medio ambiente y la salud humana.
Uno de los mayores impactos de los CFC en el medio ambiente es su capacidad para destruir la capa de ozono. La capa de ozono es una capa en la atmósfera que protege la Tierra de los rayos ultravioleta del sol. Cuando los CFC se liberan en la atmósfera, reaccionan con el ozono y lo descomponen en oxígeno. Esto reduce la cantidad de ozono en la atmósfera y, por lo tanto, disminuye la protección contra los rayos UV.
La investigación de Molina y Rowland fue pionera en demostrar que los CFC eran una causa importante de la degradación de la capa de ozono. Sus estudios demostraron que los CFC eran capaces de viajar miles de kilómetros en la atmósfera antes de reaccionar con el ozono.
Después de su descubrimiento, Molina y Rowland trabajaron incansablemente para difundir la información sobre el peligro de los CFC. Su trabajo llevó a la firma del Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo internacional que prohibió la producción y el uso de los CFC.
Desde la implementación del Protocolo de Montreal, se ha logrado una reducción significativa en la producción y el uso de los CFC en todo el mundo. Como resultado, la cantidad de CFC en la atmósfera ha disminuido y se espera que la capa de ozono se recupere en el futuro.
Aunque la prohibición de los CFC ha tenido un impacto positivo en la capa de ozono, todavía hay mucho por hacer para reducir el uso de otros compuestos que también tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Es importante seguir investigando y desarrollando alternativas más seguras y sostenibles para los productos que utilizamos en nuestro día a día.
En resumen, los clorofluorocarbonos son compuestos químicos sintéticos que tienen un impacto negativo en el medio ambiente y la salud humana. Fueron descubiertos por Mario Molina y Sherwood Rowland, quienes demostraron que eran una causa importante de la degradación de la capa de ozono. La implementación del Protocolo de Montreal ha logrado reducir significativamente la cantidad de CFC en la atmósfera y se espera que la capa de ozono se recupere en el futuro. Es importante seguir investigando alternativas más seguras y sostenibles para los productos que utilizamos en nuestro día a día.
Los otros éxitos de Mario Molina
A lo largo de su muy exitosa y brillante trayectoria profesional recibió 105 premios, condecoraciones y reconocimientos entre los que se cuentan 39 Doctorados Honoris Causa. Fue miembro de al menos 70 academias científicas, asociaciones de profesionistas, colegios, consejos y comités.
En el ámbito universitario, se desempeñó como profesor, catedrático e investigador en 8 de las más prestigiadas universidades e institutos del mundo, entre las que se destacan la Universidad Nacional Autónoma de México y el Massachussetts Institute of Technology (MIT).
Escribió varios libros y publicó más de alrededor de 200 trabajos especializados. También colaboró con capítulos para al menos 8 libros. Impartió más de 500 conferencias selectas e innumerables pláticas en las que de manera generosa compartió su vasto conocimiento.
Mario Molina y su amor por la UNAM
Su larga y productiva carrera en Estados Unidos, Mario Molina siempre mantuvo su corazón en la UNAM, donde fue Doctor Honoris Causa desde 1996 y Profesor Extraordinario a partir de 2014.
Como homenaje, su alma mater, la Facultad de Química de la UNAM, inauguró en 2015 el edificio Mario Molina en la Ciudad Universitaria, un espacio que vincula la investigación entre esa entidad universitaria y la industria.
El edificio fue construido como parte de la celebración de los cien años de la Facultad de Química y está orientado a brindar soluciones a problemas relacionados con la protección ambiental, el uso de la energía y la prevención del cambio climático.
Siempre se mantuvo cerca de su alma mater y estuvo presente en conferencias, congresos y como profesor extraordinario, cargo que combinó con su liderazgo en el Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente.
Mario Molina trabajó con Barack Obama
En Estados Unidos Molina fue asesor del equipo de transición del expresidente Barack Obama para cuestiones del medio ambiente en noviembre de 2008, y desde 2011 fue uno de los 21 científicos que formaron parte del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología de Obama.
Recibió múltiples premios y distinciones, como el Premio Tyler para Logro Ambiental (1983), la NASA Exceptional Scientific Achievement Medal (1989), el ingreso a El Colegio Nacional (2003).
Molina fue uno de los científicos internacionales que ha logrado salir de sus publicaciones científicas para escalar a las decisiones políticas de la ONU en favor del medio ambiente.
Con información de Excélsior