Marcela Loyola
Con una emotiva ceremonia religiosa, se le dio el último a dios a Concepción “Conchita” Calvillo, quien fue un personaje importante del Movimiento Navista que fundó su finado esposo Salvador Nava Martínez.
Las cenizas de Conchita Calvillo que murió este domingo a la edad de 105 años en la capital potosina, ingresaron en una urna escoltada por tres de sus hijos: Salvador, Manuel y Concepción Guadalupe y recibidas por el padre Rubén Pérez Ortiz, párroco del Barrio de Tequisquiapan y ecónomo de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.
Durante la homilía exequial, el padre Pérez Ortiz destacó que ahora se da el reencuentro de dos potosinos de “monumental estatura moral”, referentes del estado y de la patria; resaltó el enorme amor que ambos tuvieron hacia los más pobres y más desprotegidos y en favor del indigenismo con su presencia en los diálogos de San Andrés Lamainzar.
“De una lucidez impresionante hasta sus últimos días, su sentido crítico y agudo consecuencia de una mente brillante y culta”, expresó el presbítero de la extraordinaria vida de Conchita.
Recordó la última entrevista de la viuda del Doctor Nava al diario británico Newsweek como parte de las 100 personas más influyentes del mundo, donde Conchita Calvillo dejó lecciones de moderación y prudencia con las que se condujo toda su vida sin caer en excesos ni arrogancias, “al recibir la Unción y la Eucaristía me dijo: Ya con esto estoy en paz, ya Dios puede llamarme, me siento feliz y amada”, reveló el sacerdote.
A nombre de la familia, Salvador, el primogénito de la familia Nava Calvillo, agradeció la presencia de la gente que se dio cita en la capilla de una casa funeraria de la avenida Muñoz, como fueron los ex gobernadores priistas, Horacio Sánchez Unzueta y Fernando Silva Nieto.
Otro de los momentos más emotivos fue cuando Pablo Alderete Cossío, uno de los fundadores del Frente Cívico Potosino, subió al altar, pidió silencio y luego conminó a todas y todos a entonar el Himno Navista con la icónica V de la Victoria formada con la mano en alto.