A lo largo del país existe una enorme cantidad de moles, su aroma, color y textura es diversa como sus pueblos y guisanderas que lo cocinan.
Chiles anchos o pasilla, chocolate, almendras, cacahuate, ajonjolí, semillas, una tortilla tostada al comal o leña, un puño de canela, hierbas aromáticas, clavos son algunos de los ingredientes con los que se inspiran las manos mexicanas en el preparado de un mole mexicano.
Sin embargo, en San Luis Potosí se recuerda a una de las empresarias pioneras y referente en la industria del mole, se trata de María Pons Nicoux, la mente creadora del famoso mole “Doña María”, la potosina de raíces francesas que nació el 13 de agosto de 1893 y falleció en la capital potosina un 5 de mayo pero de 1974.
La cuna del mole “Doña María” tiene su origen en la localidad de Potrero, en municipio y Pueblo Mágico de Real de Catorce, donde surgió la idea de comercializar el producto a partir de la inventiva y recetario de esta emprendedora mexicana.
Desde los años cincuenta, la potosina preparaba el mole de manera artesanal, su receta, de dejar preparada la pasta y envasada, facilitó la manera de cocinar este platillo y se colocó en gusto de los potosinos gracias a su sazón.
Su éxito fue avasallador, por lo que tuvo que mudarse al municipio de Cedral y finalmente arribó a la capital potosina. Primero en uno de los hoteles de mayor prestigio en San Luis Potosí, el Hotel Progreso, posteriormente en el Hotel Nicoux.
En ese entonces, esta empresaria supo comercializar su receta y su inventiva la llevó a ser considerada una de las empresarias más importantes de la época.
Al paso de los años y teniendo una avanzada edad, doña María Pons decidió heredar su marca a la empresa Herdez, que pertenecía en ese entonces a su sobrino Enrique Hernández Pons. Al día de hoy, esta empresa la administra su sobrino-nieto, Héctor Hernández Pons, actual director del Grupo Herdez.
En memoria de doña María y por amor a la gastronomía mexicana, el pasado mes de abril, Fundación Herdez, dio a conocer el rescate integral del último inmueble donde se industrializó entre 1955 y hasta 1990, el tradicional producto mexicano, su ubicación se encuentra en Avenida de la Paz número 216, en el barrio de Tlaxcala.
El espacio denominado “Casa Doña María Pons” se transformó en un área cultural, que alberga una biblioteca y un huerto educativo que cuida y siembra especias de la región potosina, así como hierbas y flores comestibles.
Su inauguración y apertura al público general se tiene prevista para el próximo 15 o 17 de mayo. Se planean visitas guiadas y tiene el objetivo de difundir y preservar el patrimonio de la cocina mexicana, además ofrecerá talleres y cursos para enseñar sobre biodiversidad gastronómica a través de una experiencia didáctica e interactiva.
Con información de: El Universal SLP