Algunas historias parecen sacadas de películas de terror, pero la realidad siempre supera a la ficción, dejando víctimas inocentes con heridas permanentes. En muchos de los casos los victimarios son aquellas personas que deberían cuidar y dar amor a los menores, pero que en su inocencia y fragilidad ven una máquina de dinero y aprovechan su vulnerabilidad para explotarla. Para muestra lo ocurrido en Argentina, donde una abuela prostituyó por cuatro años a sus pequeñas nietas.
Las niñas tenían seis y ocho años cuando comenzó su infierno, la abuela tejió una red de explotación sexual infantil, con la ayuda de sus hijos, uno de ellos el padre de las víctimas. Otras figuras cercana s ala menores que participaron prostituyéndolas y violándolas, fueron su tío y su padrino; aunque la que se quedaba con la mayoría de las ganancias era la mujer, considerada la cabeza de la banda. Los cuatro implicados aprovechaban cuando la madre salía de casa para cometer las vejaciones.
El silencio de las niñas tuvo una explicación, su abuela se disfrazaba para aterrorizarlas, las amenazaba con matarlas o a alguien que ellas quisieran si no cooperaban o decían algo. Usaba un camisón azul y se cubría por completo la cara con un paño blanco para simular una figura maligna.
Aunque el miedo era un importante factor para que las niñas no revelaran lo ocurrido, no fue el único, pues la mujer les suministraba somníferos o alguna otra sustancia estupefaciente para doblegar por completo su voluntad y mantenerlas sumisas.
Una vez que las niñas eran dóciles, permitía que hombres desconocidos -o los tres cercanos- abusaran sexualmente de las menores. Decenas de “clientes” llegaban a su casa, ubicada en el barrio de Punta Alta, en Buenos Aires, muchos de ellos habían pactado las citas con anterioridad. En ocasiones, las niñas eran llevadas a domicilios particulares con el mismo fin.
Así transcurrieron los años de abusos -supuestamente entre 2011 a 2014- hasta que alguien habló, cinco años más tarde, en 2019, pero los investigadores consideran que en la fecha de denuncia cesó la explotación sexual.
Detenciones tardías
Casi cuatro años después de que se denunciaran las vejaciones, se produjeron los arrestos. Este miércoles 24 de mayo fue detenida la mujer en la misma casa en la que las niñas vivieron un infierno. La abuela fue acusada de los delitos de promoción y explotación de la prostitución de menores de edad, doblemente agravada por la edad de las víctimas y por el parentezco, en concurso real con el delito de suministro de estupefacientes a título gratuito.
La terrorífica abuela fue ingresada en un calabozo de Drogas Ilícitas de Bahía Blanca, pero por su avanzada edad y su estado de salud se le concedió el derecho de tener arresto domiciliario.
Los otros hombres fueron acusados de los mismos delitos, mientras que el padre, un suboficial de la Armada Argentina, será imputado por reiterados abusos sexuales gravemente ultrajantes con acceso carnal, corrupción de menores y promoción y facilitación de la prostitución.
Con información de El Heraldo de México