Hace menos de tres meses, China anunció una medida radical como respuesta a los movimientos de Estados Unidos: la limitación de la exportación de galio y germanio. Estos metales, cruciales en el mundo tecnológico, son indispensables para la producción de semiconductores, la industria de las telecomunicaciones y la posibilidad de exprimir las bondades de la movilidad eléctrica. Y, después de que muchos expertos señalasen que este movimiento era “un tiro en el pie”, el primer mes con cero exportaciones de ambos materiales ha confirmado que China tenía entre manos un plan maestro.
Como señala el portal francés JeuxVideo en una reciente publicación, en julio China envió 5,1 toneladas de galio y, a su vez, hasta 8,1 toneladas de germanio; tras esto, en agosto dichas cantidades se redujeron a mínimos históricos, un aspecto diferencial para aquellas empresas y países que dependen de China. De esta forma, firmas como Tesla y regiones como Estados Unidos, su principal rival tecnológico, comenzarán a acusar la falta de estos materiales al experimentar escasez en sus cadenas de producción o, por el contrario, un aumento desmesurado de los costes de producción.
China tiene la sartén cogida por el mango
Tal y como señala la publicación del portal galo, las empresas interesadas en seguir exportando galio y germanio necesitan una licencia emitida por el gobierno chino. Sin embargo, se desconoce tanto el número de permisos repartidos como las condiciones o criterios que se utilizan para ello. Por ello, firmas de la talla de Tesla, que dependen enormemente de estos metales, podrían empezar a experimentar más pronto que tarde las consecuencias del cierre de grifo de China.
En la actualidad, el país asiático posee el 80% de la distribución mundial de galio y, al mismo tiempo, el 60% de la distribución mundial de germanio. Al haber limitado el envío de estos materiales, multitud de empresas y países se han visto obligados a buscar otras alternativas, ya que la dependencia que tienen en la actualidad con la región asiática es, al menos en el caso del galio, extrema. Sea como fuere, China ha confirmado que su movimiento era parte de un plan maestro y, gracias a él, ha conseguido devolver a Estados Unidos parte de sus últimas jugadas.
Con información de 3D Juegos