Potosinoticias.com
Opinión

Anarquía por Real Decreto

Federico Anaya Gallardo

Empezaremos este año de 2024 (nos faltan apenas unos días para llegar a él), querida lectora, con una película de 2014. En Castellano la conocimos como En los jardines del Rey y en Inglés se titula A little chaos. Fue dirigida –y protagonizada– por el británico Alan Rickman (1946-2016) quien es masivamente conocido por su Severus Snape en la saga potteriana. (La traduccion debería ser calderoniana, pero eso atrae malas vibras en las almas mexicanas de nuestros días.) Digo que Rickman es británico y no inglés porque su madre era galesa y su padre irlandés. Formaron una familia de clase trabajadora. El padre era pintor y decorador; pero murió en 1954, cuando Alan tenía sólo ocho años. Becado por el naciente Estado de bienestar británico, el muchacho estudió diseño gráfico en el Chelsea College of Arts.

Una nota interesante es que, en sus orígenes (1895), el Chelsea College era una institución politécnica que enseñaba economía doméstica, ciencias naturales, ingeniería y artes a las clases trabajadoras. Las artes eran “artes menores”: costura, bordado, y “deposición electroforética” –que es el proceso de aplicar pintura y otros revestimientos a diversas superficies mediante el uso de electricidad. Para los 1930s ya se enseñaba diseño comercial. Fue sólo después de la guerra contra los fascistas que iniciaron clases de escultura y pintura –en los 1950s. Chelsea tiene egresados famosos. Aparte de Rickman, allí estudió el pintor y escultor John Berger (siempre solidario con Chiapas, Liga 1). De allí salieron actores como Ralph Fiennes –famoso tanto por su Coriolano como por su Voldemort– y Dirk Bogarde –recordado por la Muerte en Venecia de Visconti. De allí salió también nuestra Leonora Carrington.

Agrego a este texto una foto en que vemos a Alan Rickman en Chelsea, sentado en una modernista silla alta con dos compañeras. Si me detuve en la vocación artesanal (diseño comercial, “artes menores” y craftmanship) del Alma Mater universitaria de Rickman es porque, en A little chaos se cuenta la historia de la construcción de Versalles desde abajo y desde afuera.

Pese a lo que te cuento, lectora, la película abre con la gloria “del gran hombre”. Rickman mismo protagoniza a Luis XIV, el Rey Sol (1638-1715). En la primera escena, Su Cristianísima Majestad duerme. Sus hijos é hijas, sobrinas y sobrinos, encabezan la ceremonia de “levantar al Rey”. Mientras los grandes nobles visten al monarca, éste explica a los niños algunos detalles del arte de gobernar. De hecho, en los 1660s, en sus treintas, el Gran Luis ordenó redactar unas Mémoires … pour l’instruction du Dauphin (Memorias para la instrucción del Delfín) que puedes consultar en la www en una edición en dos tomos de 1860 preparada por Charles Dreyss. (Ligas 2 y 3.)

Pero las Memorias del Rey Sol son más bien enredadas y pesadas de leer (así salen los textos preparados por burócratas), así que las versiones cinemáticas del monarca nos ayudan a entender mejor al personaje y a su entorno.

El Luis XIV de Rickman es en buena parte ficticio. La acción ocurre en 1682. El verdadero Rey Sol tendría 44 años, mientras que Rickman tenía 68 y nos retrata un rey ya viejo que prefiere la reflexión y la calma; pese a que sigue “posando con grandeza”. Agrego un fotograma de Luis/Rickman mientras dice a sus hijos que: “—El paraíso será aquí”… hablando de lo que quería hacer en Versalles.

Rickman y sus guionistas (Alison Deegan y Jeremy Brock) nos hacen creer que Versalles apenas se está construyendo en 1682. En realidad, las obras habían empezado dos décadas antes, en 1661, cuando un Luis de apenas 23 años se deshizo de su corrupto ministro Nicolás Fouquet. Este evento fue llevado a la pantalla por Roberto Rossellini en 1966 –en una película de la que te hablaré en otra ocasión. Otra película, en la cual puedes ver con más claridad la actitud borbona de “posar con grandeza” es El hombre de la máscara de hierro (Wallace, 1998) adonde un Leonardo DiCaprio de 24 años interpreta al Rey Sol joven.

Por otra parte, todo el rodaje de A little chaos ocurrió en Inglaterra, usando varias residencias señoriales, incluido el Palacio de Blenheim –construido por el primer duque de Marlborough, Mambrú, el archi-enemigo de Luis XIV. Supongo que esto no debe haber gustado a cierto tipo de franceses. (Un descendiente de Mambrú, Winston Churchill, escribió en los 1930s una extensa biografía del primer duque, adonde lo retrata como un luchador en contra del totalitarismo del Rey Sol…)

Lo que el guión de Rickman-Deegan-Brock pierde en exactitud histórica, sin embargo, lo gana en insight ó penetración. Kate Winslet protagoniza a una ficticia Sabine de Barra, una viuda diseñadora de jardines que gana el contrato para construir en Versalles el bosquet de la salle-de-balle, un bosquecillo artificial que forma un anfiteatro alrededor de un espacio para danza. Sabine es una mujer experta en su área (jardinería y botánica), una artesana culta que trabaja con sus manos en medio del lodo. Esta “naturalidad” deja admirado al arquitecto en jefe de los jardines del Rey, André Le Nôtre (personaje histórico, interpretado por Matthias Schoenaerts). Aquí el guión nos regala una tierna historia de amor que hace muy entretenida la película… Rickman se manifiesta como verdadero hijo del Chelsea College y diseña su filme para que sea bien recibido por todas las audiencias.

Pero lo mejor es que una Sabine artesana, técnica y burguesa –que trabaja por dinero– irrumpe estrepitosamente en la corte de Versalles, adonde lo que se aprecia, pelea y acumula es prestigio. Sabine nunca está tan bien vestida, ni tan barrocamente peinada, como el resto de las damas. Sin embargo, su frescura enamora a los cortesanos y fascina al Rey.

Lo anterior es un lindo invento de Rickman. La corte de Luis el Grande es el ejemplo mejor acabado de una extrañísima (para nosotros) organización política. Norbert Elías escribió acerca de ésto en La sociedad cortesana (1969). La corte era un espacio público adonde lo que se intercambiaba era prestigio. El dinero sólo sirvía para comprar cosas ostentosas que muestrasen el prestigio. Pero los nobles no producían dinero. Lo recibían: eran rentistas. Sabine la jardinera jamás habría sido aceptada en la presencia del Rey porque sólo la nobleza puede entrar en la corte y un signo de nobleza es no trabajar con las manos.

Dentro de la Corte (La Cour), duques y duquesas, condes y condesas pelean permanentemente por aparecer en primera fila –demostrando su “mayor grandeza” a sus iguales-contrincantes. Con nuestra mirada moderna diríamos que ese perpetuo pleito entre aristócratas necesariamente acabaría en trifulcas. (En mis videocápsulas de RompevientoTV he tratado recientemente el problema de los duelos.) Efectivamente, la sociedad señorial previa –hija de la Edad Media europea– produjo un estado de guerra civil permanente entre “los grandes”. El siglo XVI estuvo al borde de ver la desaparición de Francia en medio de esos conflictos. (Ya te conté de esto en la kino-reseña de la Margot de Chéreau, 1994. Liga 4.)

La monarquía absoluta creó un árbitro de esas disputas é impuso la paz a la nobleza. En la versión borbona del monarca-árbitro, Luis XIV obligó a toda la aristocracia a residir en su gran palacio de Versalles y allí fue domesticando los enfrentamientos. Norbert Elias dice que el Rey que logró esto era una persona increíblemente mediocre. Debía serlo. Detrás de las sedas y encajes, debajo de las largas pelucas y de los sombreros emplumados del Gran Rey no podía haber una personalidad política poderosa. El rey absoluto es una institución tradicional, no carismática (Weber dixit). De otro modo, su carisma causaría envidias y peor, produciría imitadores que tarde o temprano se volverían rivales por el poder absoluto. El objeto de la sociedad cortesana es la paz, no las aventuras del poder. Por eso todo se vuelve ritual, pompa y circunstancia. Todo es “posar con grandeza”. Y todo está vacío. (Bonaparte y el Pueblo que lo elevó al trono llenaron ese ostentoso cascarón para crear el Estado moderno… y la fórmula es potentísima. Por eso nuestra Izquierda buenaondita sigue espantada con el cesarismo.)

El Luis XIV de Rickman nos transmite cómo habría vivido ese rol un hombre mediocre pero inmensamente poderoso en dos escenas.

En un momento casi íntimo del monarca con Sabine la jardinera, Luis XIV le dice que lo que más disfruta de su relación con Madame de Maintenon (en esa época, su nueva favorita) es la simpleza: “—Muchas noches, llego a sus habitaciones y sólo nos sentamos a conversar… Pero lo que me gusta es que todo es sencillo, simple”. (La palabra en inglés es the ease, la facilidad.)

La siguiente vez que el Gran Rey coincide con Sabine, es en una visita formal de todos los grandes señores a todas las grandes señoras. Todo es acartonamiento, todo es pose. Nothing is ease. (Agrego la imagen del momento en que el Rey llega ante las damas, rodeado de sus altos señores.)

Las dos escenas nos permiten ver el contraste entre la sociedad cortesana del Viejo Régimen y la sociedad democrática del Nuevo Régimen en que nosotros aún vivimos. Se trata de una interacción históricamente imposible, pero de eso se trata el cinematógrafo: de mentir para hacernos reflexionar.

Llamé a esta kino-reseña Anarquía por Real Decreto porque, cuando los reyes absolutos pusieron fin al caos feudal crearon algo parecido al Estado moderno, con la grave excepción de que no había Pueblo en ese complejo diseño. No lo sabían, pero precisamente por eso es que el paraíso creado por órdenes del monarca era falso. El abuelo de Luis el Grande, Henri IV, solía decir que su reino estaría seguro si en cada casa campesina hubiese un pollo para comer cada domingo. Sus herederos lo olvidaron y convocaron a la anarquía. En 1793 Luis XVI fue guillotinado por un Pueblo hambriento, no sólo de pan, sino de Justicia. El dolor creó ciudadanas y ciudadanos comprometidos –que formaban batallones y derribaban tiranos. Llevamos dos siglos tratando de construir un paraíso verdadero. Puedes ver esta película de Rickman en YouTube doblada al Castellano en la Liga 5.

Ligas usadas en este texto:

Liga 1:
https://www.jornada.com.mx/2017/01/03/politica/003n1pol

Liga 2:
https://archive.org/details/mmoiresdelouisx00dreygoog

Liga 3:
https://books.google.com.ec/books?id=BGZBAAAAIAAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false

Liga 4:
https://potosinoticias.com/2022/12/29/ver-para-pensar-dumas-la-reina-margot-y-el-pueblo/

Liga 5:
https://www.youtube.com/watch?v=q6o5FrYuoeI

Notas Relacionadas

Ver para Pensar: Neurosis, Decadencia y Derroche.

Potosinoticias .com

Feliz año ¿Qué?

Potosinoticias .com

Ver para Pensar: Reaccionarios de Ayer y Hoy

Potosinoticias .com

Déjanos tu Comentario