Como en las mejores familias, la falta de dinero siempre trae problemas. Pero como decían los viejos políticos de la escuela priista del siglo pasado, todo se podría resolver con la llamada “voluntad política”. Sin embargo, alguna se esas voluntades no está funcionando del todo en el palacio de gobierno, porque en menos de tres días se abrieron dos frentes dispuestos a abrir fuego: La UASLP y el CEEPAC.
El tema del dinero esta haciendo crisis y si se revisa el historial, esta administración no ha llevado una buena relación con ambas instituciones, más bien parece que ahora está escalando en dimensiones más tensas y sin precedente.
A mitad de semana, durante la rueda de prensa del Consejo Estatal Electoral para explicar el juicio electoral interpuesto, los protagonistas -desde la presidenta Paloma Blanco, hasta los consejeros que la escoltaron- parecían haber acordado y ensayado cada movimiento, discurso y señalamiento. Intentaron ser cuidadosos de las formas y las palabras, pero fue inevitable el tono de confrontación, a pesar de que incluso el propio consejero Marco Iván Vargas, se esmeró en reiterar que no era una declaración de guerra, sino un llamado al diálogo. Al finalizar el encuentro con los medios de comunicación, el propio consejero puso el balón en la cancha del gobierno estatal al decir que es a quién más le interesa que el proceso electoral sea exitoso, lo que para algunos mal pensados sería una advertencia velada.
En el otro frente, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el rector parece que tampoco está preocupado por esas formalidades políticas y exhibió las responsabilidades presupuestales que supuestamente tendría el gobierno estatal en su falta de liquidez, que ya estaría impactando en los bolsillos de los trabajadores universitarios.
Esas viejas formas de hacer política de hace varias décadas, hoy parecen necesarias para suavizar o al menos destensar las relaciones institucionales. Habrá que seguir de cerca la evolución de estos enfrentamientos, porque conforme se acercan los plazos electorales, las disputas podrían agravarse.
Ojalá sea la vía de la voluntad política la que se imponga por el bien de las instituciones y que se logre resolver un tema tan delicado como la administración y gestión de recursos públicos y habrá que mantenerse atentos a esa conocida frase de que en política, la forma es fondo.
Por Lidia Juache