En las llanuras de Teotihuacán, México, se desentraña un misterio que ha perdurado a lo largo de los siglos. Durante una excavación de seis años en las ruinas de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, arqueólogos han desenterrado un hallazgo fascinante: grandes cantidades de mercurio líquido escondido bajo la entrada de una misteriosa cámara funeraria, situada a sesenta pies por debajo de la superficie.
El descubrimiento ha dejado perplejos a los expertos, ya que hasta ahora, los túneles sagrados de Teotihuacán han revelado alrededor de 50,000 artefactos, como esculturas de piedra y cuchillos de obsidiana, pero ninguno tan intrigante como el mercurio. Este elemento tóxico podría ser la clave para desvelar un misterio aún más profundo: la posible existencia de la primera tumba de un gobernante de Teotihuacán.
El arqueólogo principal, Sergio Gómez, sugiere que el mercurio podría haber tenido un propósito simbólico, representando un río o lago del inframundo. Aunque el metal ha sido encontrado en pequeñas cantidades en sitios mayas más al sur, su presencia en Teotihuacán es inédita. Esta teoría plantea la posibilidad de que el mercurio haya sido utilizado en rituales funerarios como una conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Con información de: Enseñame Ciencia