Con los embalses al 16% de su capacidad y bajando, y con los pronósticos de lluvia cada vez más inciertos y alejados, Cataluña está a punto de aplicar restricciones al suministro de agua potable a los domicilios. Eso significa que durante buena parte del día los grifos estarán cortados. Si no se ha tenido la previsión de llenar ollas y barreños, es posible que al escuchar de madrugada “papá, quiero agua” uno tenga que salir en pijama a la gasolinera para comprar agua y darle de beber al niño.
Para evitar esta situación, una de las que pone más a prueba la capacidad de adaptación de las sociedades al cambio climático, en algunos lugares del mundo que atraviesan una situación similar a la que estamos viviendo en la España seca han decidido apostar por el uso circular del agua, esto es: usarla, recogerla, tratarla y regenerarla para volver a usarla, incluso directamente como agua de boca.
En California, por ejemplo, la Junta Estatal de Agua acaba de autorizar el suministro directo de agua regenerada de depuradora a la red de abastecimiento urbano. De ese modo, a partir de ahora las compañías suministradoras podrán extender el uso de este recurso, que ya se venía utilizando para el riego, el baldeo de calles o la recarga de acuíferos, para atender directamente la demanda de agua de boca de sus cuarenta millones de habitantes.
Lo mismo ocurre ya en otros territorios de EEUU, como Texas y Colorado, y en países como Israel o Singapur, donde su uso no solo está ya normalizado sino que es bien recibido por la población, que ve en este recurso una garantía de suministro ante la amenaza a los recursos hídricos del cambio climático. Pero ¿significa eso que los californianos van a empezar a beber agua del váter? La respuesta es no.
El agua regenerada es la que se obtiene en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) tras superar una serie de tratamientos por etapas (primario, secundario, terciario e incluso cuaternario) que eliminan por completo los contaminantes y los agentes patógenos hasta alcanzar unos niveles de seguridad compatibles con su reutilización para su uso industrial, agrícola o de mantenimiento municipal. Pero podemos ir más allá.
Hacia un uso circular del agua
La tecnología y la ciencia, aplicadas al tratamiento de las aguas residuales en las EDAR, están alcanzando tales niveles de excelencia que supera incluso a los procesos de purificación utilizados en la producción de alimentos y el agua envasada, ofreciendo la posibilidad de cerrar el circulo del consumo de agua con las mayores garantías de posconsumo. De hecho, el proceso de purificación del agua depurada puede llegar a ser tan estricto que elimina incluso los minerales, por lo que deben volver a agregarse al final del proceso.
Por todo ello, la decisión de los reguladores californianos de autorizar el uso del agua regenerada de depuradora para inyectarla directamente en las tuberías que abastecen a los hogares no ha sorprendido a nadie. Muy al contrario, la decisión supone un gran paso para garantizar el acceso al agua a una población que lleva más de una década padeciendo restricciones e intentando adaptarse a una de las situaciones de sequía más graves de su historia.
Con información de: El Confidencial