La semana que termina no dejó muy buenas noticias en materia desigualdades sociales. Entre el informe de los mega ricos publicado por Oxfam y el ridículo desempeño de la clase política que seguimos viendo, no pintan un buen escenario ni para los próximos días ni para los próximos años.
Dice el informe que por cada 100 pesos de riqueza que se crearon entre 2019 y 2021, 21 pesos fueron al uno por ciento más rico y apenas 40 centavos de peso, al 50 por ciento más pobre.
El reporte ¿Quién paga la cuenta? Los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas en México, destaca que el país padece de “extremas” desigualdades económicas y sociales, ya que el 1% más rico, es decir 1.2 millones de personas, se lleva 47 de cada 100 pesos de riqueza que se generan.
Si bien la mayoría de los políticos no pertenecen a ese selecto grupo de millonarios, si pertenece a una élite de privilegiados que se empeñan en vivir en una burbuja artificial, a costa de quien sea.
Esas cifras del informe ¿Quien paga la cuenta?, refleja muchas desigualdades, pero más allá de las cifras económicas, las prácticas políticas de los aspirantes a candidatos, confirman su insensibilidad, desinformación, ignorancia y en algunos casos, hasta soberbia de esos políticos y de quienes les aplauden.
En redes sociales se siguen extendiendo los intentos frívolos de convencer a un electorado con bailes de TikTok, con selfies o cualquier imagen de esa fingida realidad color de rosa que al menos la mitad de la población no vive porque enfrenta condiciones de pobreza.
Esta semana circuló en redes sociales, uno de esos tantos ejemplos del desconocimiento de la realidad social que padecen día a día, miles de potosinos. El político David Azuara presumió en sus redes sociales el “generoso” gesto de regalar 38 hamburguesas para las personas que esperan a sus pacientes afuera del Hospital Central.
El gesto podría considerarse noble, pero el contexto y el trasfondo, parece que podría restarle lo bueno que pudiera tener. Para empezar, el tipo de difusión que realizó a través de redes sociales y a sabiendas de sus intereses y aspiraciones políticas, eliminan cualquier buena intención.
“Presumir” en redes sociales la entrega de 38 hamburguesas debería dar vergüenza a la clase política. ¿Remedia de fondo algunas de las carencias de esas personas? ¿Se detuvo a hablar y conocer sus historias personales, si quiera para intentar gestionar algún tipo de apoyo en al menos un caso de los que se encontró mientras grababa su video? ¿Sabrá lo que significa vivir esas tragedias familiares de tener que recurrir a un sistema público de salud? ¿Habrá pisado alguna vez un pasillo de un hospital público?
Más parecía que estaba lucrando con el dolor ajeno, en fin… esos baños de pueblo o de “generosidad” más bien parecen exhibir sus limitaciones y desconocimiento de la realidad social de miles de potosinos que día a día enfrentan la precariedad de sus sueldos y con ello, la precariedad de su salud, su seguridad y la vulnerabilidad de sus familias. Y en esas manos esperan que votemos para dejarlos que decidan, leyes, políticas públicas y presupuestos.
Por: Lidia Juache