«Una generosa equivocación que acepto con impudicia», le dijo el argentino Jorge Luis Borges a un periodista al conocer que le habían concedido el Premio Cervantes. Borges, que como ya sabemos, no fue premiado con el Nobel de Literatura (ni Kafka, ni Joyce, ni Pessoa, ni Cortázar, ni Chéjov…) pensó, no sabemos si con ironía o no, que el Cervantes tampoco le era merecido. «Pensar mucho en los premios no creo que sea bueno para el trabajo del escritor», reflexionaba hace un año Mario Vargas Llosa, también a un periodista. Arturo Pérez Reverte nos dijo a ESQUIRE que el Nobel dejó hace tiempo de ser importante. Y así podríamos seguir, porque, como ven, son muchos los comentarios vertidos por los literatos sobre los premios, propios o ajenos, puesto que los laureles en el campo de la literatura es un tema que siempre origina debate.
¿Para qué sirven los premios literarios? ¿Son importantes? Desde luego, para las editoriales sí que lo son, ya que se observa un incremento de ventas cuando las obras logran un célebre galardón (véase el premio Planeta, por ejemplo, que siempre se coloca en lo más alto de los libros más vendidos desde la primera semana). También lo es para los autores, que obtienen fama, reconocimiento, la posibilidad de seguir publicando posteriormente y, cómo olvidarlo, dinero, nada baladí para una persona que se dedica a juntar letras. Y es para la crítica especializada, de aquí el debate, para quienes los premios literarios son más discutidos. ¿Se premia siempre la calidad? ¿Son utilizados por las grandes editoriales para promocionar a sus autores?
Lo que está claro es que, nos guste más o menos, haya pluralidad o no y estén más acertados o menos, los premios literarios han creado el canon de literatura a lo largo de la historia. Al menos en una parte considerable. Cierto es también que las obras premiadas se siguen vendiendo (menos claro está que los lectores sigan leyendo en la misma cantidad que la que compran) y la prensa, los críticos, los catedráticos y los apasionados de las letras se hacen eco de ello. 2024 ha comenzado con la premios importantes como el Nadal, que ha recaído para César Pérez Gellida por Bajo tierra seca, el Biblioteca Breve que otorga Seix Barral, en esta edición para el extremeño Jesús Carrasco por Elogio de las manos, y el premio Alfaguara de novela, para Sergio del Molino por Los alemanes. Quedan muchos premios por otorgar en el transcurso de los meses siguientes. Iremos añadiendo fechas, premios y premiados en el calendario que puede apreciarse a continuación para que nadie se pierda con tantos galardones y pueda valorar cuál puede ser su próxima lectura.
- PREMIO NADAL (LXXX edición): Bajo tierra seca de César Pérez Gellida
- PREMIO COMILLAS (XXXVI edición): Hasta el último aliento de Manuel Calderón
- PREMIO ALFAGUARA (XXVII edición): Los alemanes de Sergio del Molino
- PREMIO BIBLIOTECA BREVE (LXVI edición): Elogio de las manos de Jesús Carrasco
- PREMIO DE NO FICCIÓN LIBROS DEL ASTEROIDE (IV edición): Un metro cuadrado de Llucia Ramis
- PREMI LLIBRES ANAGRAMA (IX edición): Com el so d’un batec en un micròfon de Clara Queraltó
- PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE LAS LETRAS: mayo de 2024
- PREMIO TUSQUETS (XX edición): septiembre de 2024
- PREMIO PLANETA (LXXII edición): octubre de 2024
- PREMIO CERVANTES: noviembre de 2024
- PREMIO HERRALDE DE NOVELA (XLII edición): noviembre de 2024