La formalización de El Saucito como barrio de la Capital, así como el proceso para que la devoción y las festividades del Señor de Burgos sean consideradas como patrimonio cultural intangible, tienen sustento en la historia de la ciudad y en que se ha convertido en una tradición viva, que da cohesión e identidad a sus habitantes, a la vez que son elementos integradores de la comunidad, afirmó la Cronista de la Ciudad, Isabel Monroy Castillo.
La reconocida historiadora resaltó la importancia de los acuerdos aprobados por el Cabildo, a iniciativa del Alcalde Enrique Galindo, para darle el reconocimiento oficial de Barrio y también para dar seguimiento a la solicitud de declaratoria de patrimonio intangible, pues señaló que son manifestaciones culturales que es necesario preservar.
Dijo que los hechos que se han venido registrando desde hace más de dos siglos, dieron origen a una devoción que fue creciendo junto con otras manifestaciones artísticas y culinarias, que han sido y son actualmente parte muy importante de la historia y de la cultura de San Luis Potosí Capital.
Relató que fue en 1826 cuando se construyó la primera capilla y se encontró un sauce que tenía forma de cruz, con el que el escultor José María Aguado talló el crucifijo para el Señor de Burgos, lo que dio origen a una devoción que se extendió en torno a la fama milagrosa de la imagen.
Isabel Monroy dijo que todo esto, junto con los exvotos que se han ido colocando en el templo, que también deben ser considerados como tesoros artísticos de la tradición popular, son fundamentos que dan plena validez a los acuerdos tomados por el Cabildo de la Capital.