Un proyecto renovable que prometía cambiar la historia parece haber fracasado. En estos momentos, solo hay desierto y una aparente pérdida de 2 billones de euros. El ser humano se encuentra atravesando un periodo de transición energética. Necesitamos energía y ya han aparecido varias iniciativas que prometen explotar energía infinita y renovable.
Sin embargo, no todas las propuestas que aparecen para tratar de satisfacer las necesidades del hombre salen bien.
En ocasiones, se quedan a mitad de camino por falta de presupuesto, imposibilidad de explotación o disparidad de opiniones entre los agentes que intervienen. Este último es problema que ha llevado a un proyecto renovable con un gran potencial a quedar en standby.
La disputa ha sido acerca del tipo de energía que se va a utilizar. El mayor proyecto solar planificado de Marruecos se ha visto retrasado por esta razón. La previsión era que este año empezara a funcionar la central Noor Midelt I de 800 MW de 2.000 millones de dólares, pero su construcción ni siquiera ha empezado.
El retraso comenzó cuando el Ministerio de Energía y el operador de la red ONEE rechazaron la tecnología CSP, según informaron diferentes fuentes a Reuters. La agencia estatal de energía MASEN dio vía libre al contrato para hacer realidad Noor Midelt I en 2019. Se lo adjudicó al consorcio liderado por EDF Renouvelables.
Solicitó que la planta tuviera tecnología fotovoltaica (PV), que es más asequible, pero tiene poca capacidad para almacenar energía, y CSP, que es más cara, pero sigue abasteciendo la red durante horas tras el anochecer.
No obstante, desde que tuvo lugar la adjudicación del contrato, ONEE y el Ministerio de Energía comunicaron que solo aceptarían la compra de la energía si MASEN dejaba la CSP por la fotovoltaica o modificaba el almacenamiento de energía salina por baterías.
MASEN y la red finalmente llegaron a un acuerdo de compra de energía, pero aún siguen las discusiones entre MASEN y el consorcio de desarrollo sobre los detalles tecnológicos. MASEN advierte que la propuesta fue retrasada por la pandemia y ahora está en la etapa final del desarrollo, pero no respondió las preguntas de Reuters sobre el conflicto.
Por su parte, EDF Renouvelables señaló que Marruecos sigue decidido a reiniciar el desarrollo con una mezcla de energía fotovoltaica, termosolar y almacenamiento en batería. Acotó que todos los socios “siguen comprometidos”.
El Ministerio de Energía no dijo nada acerca de la disputa, pero si comentó que “trata de ser lo más agnóstico posible en cuanto a tecnología”. Esto siempre que se mantengan los objetivos fijados en cuanto a costos, sostenibilidad y seguridad.
Respecto a la financiación, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones expusieron que sus términos de financiamiento siguen siendo válidos mientras MASEN y el consorcio intentan entenderse. Por su parte, el Banco Mundial comentó que la construcción tomará 30 meses una vez que las negociaciones finalicen.
El proyecto renovable de Marruecos en apuros por problemas internos
Según las fuentes que hablaron con el medio ya nombrado, ONEE citó problemas en Noor Quarzazate, el complejo solar más famoso de Marruecos, como la razón por la que MASEN desea cambiar la tecnología del proyecto.
Los problemas tecnológicos representaron una interrupción en la producción de una planta de 150 MW allí durante un año a partir del verano de 2021.
“Noor Ouarzazate ayudó a poner a Marruecos en el mapa mundial de proyectos de energía renovable a gran escala. Pero una mirada más cercana en términos de costos de operación y problemas de mantenimiento muestra que la planta es más bien un pasivo”, comunicó alguien cercano a Noor Midelt I ante Reuters.
Otra fuente dijo: “En retrospectiva, Ouarzazate sirvió como campo de pruebas para una tecnología CSP inmadura”.
Por ahora, el proyecto renovable de Marruecos puede salir adelante, pero solo si se llega a un acuerdo. Mientras tanto, el país soberano al norte de África trabaja en otras propuestas como su experimento en las nubes.
Con información de: Econoticias