Federico Anaya Gallardo
Motzú (墨子, el maestro Mo) enseñaba, en el tiempo de los Reinos Combatientes, que la sociedad debía ordenarse para beneficiar a todos los habitantes. Sus seguidores se hicieron famosos por su experticia en guerra defensiva porque, si el conflicto era inevitable, la ética dictaba que debía evitarse el ataque. En mi opinión, esta es una derivación militante de dos consejos de Suntzú. Uno, hay que recordar que la mejor batalla es la que se gana sin combatirla. Dos, el general debe recordar que luego de su victoria deberá alimentar a las viudas de sus soldados muertos, pero también a las viudas de los soldados enemigos a quienes ha vencido.
La semana pasada reseñé para tí la película Batalla de Ingenios que Jacob Cheung hizo en 2006 a partir de la novela de Sakemi y el manga de Mori –en la cual se relata una aventura ficticia de un seguidor de Motzú. Hoy quiero comentarte otra película de aquél Oriente Lejano que hace buena ficción a partir de sus hechos históricos. Se trata de Héroe (英雄, Yīng-xióng). Fue dirigida en 2002 por Yimou Zhang (张艺谋, n.1951). La puedes rentar ó comprar en la plataforma de Amazon Prime.
Héroe es un filme del género wuxia. Las películas wuxia (武俠片, wuxia-pian) son filmes de artes marciales (especialmente juegos de espadas) cuya narrativa mezcla situaciones históricas y melodrama. El género nació en China desde la primera mitad del siglo XX, pero fue abandonado en la República Popular luego del triunfo de la Revolución Comunista en 1949. Prosperó mucho en Hong Kong y Taiwán. Luego de las reformas de Deng Xiaoping (邓小平, 1904-1997) el género regresa a la China continental.
Yimou Zhang no es un director wuxia, pero en 2002 convocó a Jet Li (Li Lianjie, 李连杰, n.1963) para ser el protagonista central de Héroe. Li, nacido en Pekín y hoy nacionalizado singapurés, destacó desde los once años en Wushu (武術, artes marciales) un deporte moderno que desde 1949 (triunfo comunista) estandarizó las diversas tradiciones de combate corporal de aquél país de países. En 1974, como parte de la geopolítica de acercamiento entre la República Popular y los Estados Unidos de América, una delegación de practicantes de Wushu cruzó el Pacífico. Un Jet Li de once años era parte del grupo. La presentación culminante ocurrió en la Casa Blanca. Luego de la misma, al muchacho le tocó sentarse junto a Kissinger. Nixon se acercó y le dijo que estaba impresionado con su “Kung Fu”. (Americans will always be American.) El presidente le preguntó si cuando fuera mayor le gustaría ser su guardaespaldas. (Let’s play master and servant?) El chico respondió bien claro: “—¡Cuando sea mayor no quiero proteger a ningún individuo, sino a los mil millones de mis compatriotas!” Kissinger rompió el viento helado que causó la respuesta de Jet Li señalando: “—¡Tan joven y ya habla como diplomático!” (Liga 1.)
De regreso en la República Popular, Jet Li logró el título de campeón nacional chino de Wushu y lo mantuvo por cinco años, hasta que se retiró é inició su carrera como actor en la década de los 1980s.
La anécdota con Nixon y Kissinger es oportuna para hablar del papel de Jet Li en el Héroe de Zhang. Interpreta a Sinnombre (無名, Wu-ming, anónimo). Se trata de un joven guerrero del Reino de Zhao (el Estado invasor de Batalla de Ingenios). Zhao ha sido conquistado por Qin y el señor de Qin ya se ha proclamado primer emperador (Chíhuang-Ti, 始皇帝). El director nos explica en letras blancas sobre fondo negro. “La gente sacrifica sus vidas por muchas razones: por amistad, por amor, por un ideal. Y por las mismas razones, la gente mata. Antes que China fuera un gran país, estaba dividido en siete Estados guerreritas. En el Reino de Qin había un señor despiadado. Él tenía la idea de unir toda la tierra y poner fín, de una vez por todas, a la guerra. Su idea se empapó en la sangre de sus enemigos. En toda guerra hay héroes de ambos lados.”
La película empieza mostrándonos una partida de caballería imperial. China ya es un solo Estado. Los jinetes escoltan un carro en que viaja Wuming/Jet Li. En off escuchamos su voz explicándonos la primera versión de su vida. Un huérfano del Reino de Qin que nunca supo quiénes eran su familia y que por eso era conocido como Sinnombre. Como no tenía oficio ni beneficio, se entrenó en las artes marciales y las llegó a dominar a tal grado de perfección que había logrado lo que nadie: matar a los tres asesinos que años antes, trataron de asesinar al emperador. Como prueba de sus proezas, llevaba consigo las armas de los vencidos.
Wuming es conducido a la capital y al palacio imperial. Se le desnuda y revisa. Nadie armado puede estar a menos de cincuenta pasos de Chíhuang-Ti –quien se ha vuelto paranoico por el intento de asesinato. Este es un dato histórico. Los remanentes del Reino de Zhao trataron de asesinar al emperador y éste creó un sistema de seguridad infranqueable… que lo alejaba irremediablemente de su gente y de la realidad. Cuando Chíhuang-Ti murió (por otra causa y no por mano de asesino) ese sistema permitió que su cuerpo viajara casi dos meses de regreso a la capital y que su hijo ocupase el trono imperial sin problemas inmediatos.
El imperio está de fiesta. Los asesinos del emperador han sido finalmente castigados. El héroe que ha logrado la proeza será recibido por el monarca. Wuming es presentado ante Chíhuang-Ti y se proclama que ha vencido a Cielo (长空, Chang-kong, “largo-nulo”, ¿lo amplio y vacío?). Cielo era un guerrero invencible, cuya lanza había matado y herido a muchos valientes. Wuming recibe sus recompensas y la invitación de acercarse 20 pasos al emperador y compartir con él una copa de vino. El monarca le pide que le cuente su combate con Cielo. El soberano desconfía pero el relato lo convence.
Luego, Chíhuang-Ti le pregunta a Wuming cómo hizo para vencer a la pareja de espadachines, el gran Espada-Rota (残剑, Kan-Jian) y la invencible Tormenta-de-Nieve (飞雪, Fei-Xue). El emperador sabe que no pudo derrotarles al mismo tiempo. Wuming lo reconoce y explica cómo hizo para engañarlos –intrigando para que peleasen entre ellos.
Específicamente, logró que una aprendiz de Espada-Rota rompiese el vínculo entre su maestro y Tormenta-de-Nieve. Esa aprendiz, llamada Como-Luna (如月, Ruyué) explica, fue otra guerrera que el héroe debió vencer. ¡El emperador se asombra de que una nueva asesina estaba siendo entrenada! Sinnombre recibe sus recompensas, avanza otros 20 pasos hacia el monarca y bebe otra copa de vino con él. El héroe está a sólo diez pasos del emperador.
Aquí, Chíhuang-Ti empieza a cuestionar con más detalle a Wuming. Su relato es convincente, pero hay algunos cabos sueltos. El emperador mismo combatió a sus asesinos y sabe de ellos. Al interrogar al héroe Sinnombre va descubriendo la verdad. Está frente a un quinto asesino, un hombre a quien Cielo, Espada-Rota, Tormenta-de-Nieve y Como-Luna han preparado y enviado para cumplir la misión en la que tres de ellos habían fracasado.
El director Zhang aprovecha el diálogo entre el emperador y el guerrero para ir escenificando las diversas versiones de la realidad que se van descubriendo. Cada una de ellas es una oportunidad para presentarle a la audiencia un espectáculo de artes marciales. Por eso es que Héroe es un magnífico filme wuxia. (Pero por lo mismo, vale la pena tener una guía argumental como la que hoy te propongo, querida lectora. Porque las coreografías wuxia están llenas de símbolos que remiten al debate político entre los personajes.)
Aparte veremos revelarse –poco a poco– cómo el guerrero anónimo aprendió una lección inesperada de uno de sus maestros. Espada-Rota había fallado en el atentado contra el emperador por razones inexplicables. Chíhuang-Ti lo reconoce: sabe que él debió morir en aquél ataque. La narración de Wuming nos descubre que Espada-Rota decidió perdonar la vida del monarca.
¿Por qué? Wuming explica que Espada-Rota se había retirado a un monasterio de expertos calígrafos y que allí había diseñado la variación número 20 para escribir la palabra “espada”. El emperador exclama: “—¡19 formas de escribir una palabra! ¡¿Cómo puede comunicarse la gente si no entienden lo que otras escriben?! ¡Cuando todos los reinos estén sometidos acabaré con tantas confusiones!” (El Estado promete la armonía y la unidad…)
Wuming presenta al emperador el gran cartel en que su maestro Espada-Rota escribió la variante 20 del ideograma “espada”. (Lo agrego a este artículo.) El emperador queda fascinado por el mensaje profundo de los trazos. (…La variedad y complejidad son también importantes, le contestan al Estado los enemigos del Estado.)
Wuming era un huérfano, sí. Pero era una víctima de la guerra de Qin contra Zhao. Era un orgulloso muchacho Zhao y deseaba vehemente vengar a los suyos. En medio del diálogo entre él y Chíhuang-Ti descubrimos cómo Espada-Rota terminó por convencerlo escribiendo en la arena otros dos ideogramas que representaban el concepto de “Nuestra Tierra”. Espada-Rota y Wuming habían entendido, al fin, que la unificación permitiría terminar la guerra perpetua y detener la espiral de venganzas inacabables.
Pero Wuming aún dudaba. El emperador le dijo: “—Quieres matarme, pero llegas desarmado. ¿Cómo lo harás?”. El héroe le contesta: “—Con tu propia espada. Te la arrebataré”. Entonces Chíhuang-Ti declara melancólico que sus asesinos han entendido lo que nadie comprendía: que todo el horror causado para lograr la unidad se explicaba por la paz que se lograría. El emperador llora y le arroja su espada al asesino, dándole la oportunidad de terminar su misión. Y el héroe se arroja contra el monarca… y en el último instante, le perdona la vida. Si la paz futura requirió sangre, también necesitaba a un emperador que la mantuviese.
Por lo anterior es que el cartel de publicidad de la película de Zhang nos muestra a Sinnombre al centro, con su espada lista para ser desenvainada. Detrás de él están los tres asesinos (Cielo, Espada-Rota y Tormenta-de-Nieve) y la novicia Como-Luna. Pero en tercer plano –y arriba y al centro– está Chíhuang-Ti, el primer emperador… cuya obra sangrienta permitió construir la paz del futuro.
Aterricemos en nuestro lado del mundo, lectora.
Silvio Rodríguez cantaba que “la guerra es la paz del futuro”. (Liga 2.) El héroe de esa Canción del Elegido es “un ser de la nada” que viene de una “historia enterrada”… como el Sinnombre de Zhang.
Pero el Elegido de Silvio también “nació de una tormenta en el sol de una noche del penúltimo mes. / Fue de planeta en planeta buscando agua potable. / Quizás buscando la vida ó buscando la muerte, eso nunca se sabe…” y termina “entre humo y metralla, contento y desnudo. /… matando canallas con su cañón de futuro”. Como el joven señor de Qin que buscaba unir toda la tierra y pelear la última guerra.
Más cerca de nosotros. Cuando el vencedor de nuestra última guerra revolucionaria, Álvaro Obregón, trató de regresar a la Presidencia a seguir construyendo, muchos atentaron contra su vida –como los asesinos de Zhang. Y el Manco de Celaya se rodeó de seguridad, pero le dijo con claridad a sus amigos que si alguien estaba dispuesto a cambiar su vida por la de él, nadie podría detenerlo. Como en el tenso diálogo de Sinnombre y el monarca de la película Héroe.