Más de 200 drones y misiles, daños menores a la infraestructura, un niño de 10 años herido y el corazón de Jerusalén bajo fuego, fue el saldo de la venganza de Irán contra Israel por el ataque contra su consulado en Siria.
La ofensiva iraní vino tras días de advertencias de parte de Estados Unidos de que Irán cumpliría, “más pronto que tarde”, su amenaza de responder a la operación israelí en Damasco del 1 de abril que se saldó con siete Guardianes de la Revolución muertos.
La respuesta de Irán incluyó, según el recuento de medios israelíes, al menos 238 drones y misiles. Los primeros fueron derribados por sistemas estadounidenses en espacio aéreo de Irak, así como por Reino Unido. De acuerdo con el resumen que hicieron las Fuerzas de Defensa de Israel, la gran mayoría fueron interceptados por el Sistema de Defensa Aérea Arrow.
Las fuerzas israelíes reconocieron “un pequeño número de impactos, incluso en una base de las Fuerzas de Defensa de Israel en el sur de Israel, donde se causaron daños menores a la infraestructura”. En contraste, Irán dijo que la base fue “golpeada fuertemente”.
Un niño de 10 años de una comunidad de beduinos en el sur de Israel fue reportado en “estado crítico”, tras ser herido por metralla durante el ataque con drones iraní.
Horas antes del ataque, Israel advirtió a sus ciudadanos que quedaban suspendidas las clases y que se restringían reuniones, en un aviso de que el ataque iraní era inminente. Las restricciones y suspensión se mantienen vigentes hasta el lunes 15 de abril, a las 23:00 horas.
La lluvia de misiles cesó la madrugada del domingo en Israel, donde el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu reunió a su gabinete de guerra en un búnker, en un lugar secreto.
La ayuda llegó pese a las advertencias de parte de Irán de que “cualquier apoyo y participación en perjuicio de los intereses de Irán resultará en una respuesta decisiva y lamentable de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Irán”. Reino Unido se sumó a la ayuda para interceptar los misiles iraníes.
Ya en la madrugada del domingo en Israel (noche del sábado en Washington), una vez que la mayor parte del ataque había transcurrido, Biden habló por teléfono con Netanyahu. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, agradeció a su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, su apoyo. También le informó de las “acciones de defensa” realizadas por Israel y le trasladó que su sistema de defensa mantiene “la máxima preparación ante nuevos intentos de ataques”.
La Guardia Revolucionaria iraní se atribuyó el lanzamiento de misiles balísticos contra Israel, dirigidos al “interior de los territorios ocupados y las posiciones del régimen sionista”, de acuerdo con la agencia estatal iraní IRNA. Tras el inicio de la operación iraní, la cuenta en X del ayatolá Alí Jamenei, líder supremo iraní, afirmó que “el régimen diabólico será castigado”.
El gobierno de Irán invocó, a través de su misión ante la Naciones Unidas (ONU), el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas para justificar su ataque contra Israel, que considera “legítima defensa”. “Ninguna disposición de esta carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”, reza el artículo 51.
Irán también indicó que, si Israel no responde a la represalia iraní, por Teherán, las cuentas están saldadas y no habría más ataques. Pero el gobierno de Netanyahu advirtió ya que responderá.
El gobierno israelí acusa a Irán de apoyar a las milicias de Hezbolá que atacan Israel y que ayer mismo dijo haber disparado cohetes contra los Altos del Golán.
Israel, que llevaba varios días advirtiendo que la represalia Iraní era inminente, cerró su espacio aéreo, una medida que también fue tomada por Jordania, Líbano e Irak. Egipto dijo que su defensa aérea estaba en estado de máxima alerta.
Con información de: El Universal