A solo tres días de la formación del ciclón Carlotta, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó la llegada del cuarto fenómeno meteorológico de la temporada 2024 en el Océano Pacífico: se trata de la tormenta tropical Daniel.
De acuerdo con las autoridades, Daniel se formó alrededor de las 9:15 horas de este 3 de agosto al oeste-suroeste de la península de Baja California, lejos de las costas mexicanas.
El primer reporte del SMN refiere que se ubica a 2 mil 410 kilómetros al oeste-suroeste de Cabo San Lucas, Baja California Sur.
Se informó que su desplazamiento será hacia el noroeste, a 7 kilómetros por hora. Actualmente, registra vientos máximos sostenidos de 65km/h y rachas de 85 km/h. Pero, ¿Qué hay de su trayectoria?
El SMN refiere que, a las 18:00 horas de este sábado, la tormenta tropical Daniel se ubicará a 2 mil 295 kilómetros al suroeste de Punta Eugenia, BCS y a 2 mil 305 km al oeste-suroeste de Cabo San Lázaro, misma entidad.
24 horas más tarde, a las 18:00 horas del domingo 4 de agosto, se prevé que Daniel se encuentre a 2 mil 65 km al suroeste de Punta Eugenia y a 2 mil 75 km al oeste-suroeste de Cabo San Lázaro, en Baja California Sur.
Para las 06:00 horas del martes 6 de agosto, Daniel se convertirá en baja presión remanente, ubicándose a mil 465 km al suroeste de Punta Eugenia y a mil 515 km al oeste-suroeste de Punta Abreojos.
Cabe destacar que, según refiere el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), se prevé que Daniel sea una tormenta de corta duración.
Una tormenta tropical es un sistema meteorológico caracterizado por fuertes vientos y lluvias intensas, que se forma en regiones oceánicas cálidas. Estas tormentas se desarrollan a partir de perturbaciones atmosféricas y pueden intensificarse para convertirse en huracanes o tifones.
Para que se clasifique como tormenta tropical, los vientos sostenidos deben alcanzar velocidades de entre 63 y 118 kilómetros por hora. El fenómeno se caracteriza por un centro de baja presión con nubes de tormenta en espiral alrededor. Esta formación crea fuertes lluvias torrenciales y vientos sostenidos que pueden causar inundaciones, sequías de tierra y daños materiales significativos.
El calentamiento global y el cambio climático pueden influir en la frecuencia y la intensidad de las tormentas tropicales, representando un desafío creciente para las áreas vulnerables del planeta.
Con información de: Infobae