En la madrugada de este martes 10 de septiembre, Israel atacó tiendas de campaña en el centro y sur de la Franja de Gaza designadas como áreas “seguras” para los gazatíes.
Al menos a 40 personas murieron solo en el campo de refugiados de Al-Mawasi, cerca de Khan Younis, sur del territorio. Muchas de las víctimas eran familias enteras.
Además, al menos 60 personas resultaron heridas y aún hay personas desaparecidas, señaló el Ministerio de Salud local.
“Estábamos en zonas humanitarias que se suponía que eran seguras”, aseguró una de las víctimas.
Pero el sur no fue la única área azotada por los nuevos asaltos israelíes. Las tropas del país dirigido por Benjamin Netanyahu también bombardearon el campo de refugiados de Al Bureij, en el centro del enclave.
En la zona costera de Al-Mawasi, los bombardeos israelíes formaron tres cráteres de cerca de diez metros de profundidad, dejando bajo tierra los cuerpos de decenas de palestinos, indicó Mahmud Basal, portavoz de Defensa Civil de Gaza.
“Vimos mujeres descuartizadas, niños descuartizados y mártires. Todavía hay gente desaparecida. La gente los está buscando y todavía no los han encontrado”, describió la devastadora escena Ola al-Shaer, sobreviviente del ataque.
En la mañana de este martes, los familiares de las víctimas mortales lloraron a sus muertos en un hospital cercano al ataque. Raed Abu Muammar, un habitante del enclave, perdió a una de sus hijas, y su esposa y otra de sus hijas quedaron enterradas.
“Yo también estaba bajo la arena. Salí y empecé a buscar a mis hijas y a mi esposa. Vi partes de los cuerpos de los vecinos en mi tienda. No sabía que eran de nuestros vecinos hasta que vi a mi familia entera”, aseguró Muammar.
Señalando a otra de sus hijas que llevaba en sus brazos, el habitante del enclave dijo “estos son los objetivos israelíes, míralos”.
Por su parte, el Ejército israelí argumentó que el ataque estaba dirigido a tres altos cargos de Hamás. Al tiempo, sostuvo que estos se habían infiltrado en el área “humanitaria de Al-Mawasi”.
Sin embargo, el grupo islamista negó que hubieran combatientes de sus filas presentes en los campamentos bombardeados por Israel.
Ante las nuevas embestidas, la cifra total de personas muertas aumentó a al menos 41,020, reportó el Ministerio de Salud local.
La cifra puede ser aún mayor, ya que las autoridades locales remarcan que tras más de 11 meses de guerra, muchos cadáveres continúan atrapados bajo los escombros.
Israel debate las cifras de muertos
Además de hacer énfasis en que había atacado a altos comandantes de Hamás que estaban dentro del área humanitaria designada en el enclave palestino, el Ejército israelí aseguró que las cifras de víctimas publicadas por las autoridades gazatíes “no coinciden con la información en poder de las FDI, las municiones precisas utilizadas y la precisión del ataque”.
En contraste, Hamás publicó un comunicado en el que negó las acusaciones israelíes de que habían presentes combatientes islamistas y afirmó que “es una mentira evidente que pretende justificar estos horribles crímenes”.
El grupo islamista agregó que “ha negado en varias ocasiones que alguno de sus miembros existan en reuniones civiles o utilice estos lugares con fines militares”, en referencia a las zonas designadas como seguras.
Por otra parte, la institución castrense anunció este martes que mató a Mahmoud Hamdan, a quien identificó como comandante del último batallón de Hamás. Los hechos ocurrieron en la localidad de Rafah, en un ataque con drones hace varias semanas, en el sur de la Franja de Gaza, precisó el Estado de mayoría judía.
“Jugó un papel importante en la planificación de la invasión a Israel el 7 de octubre y desarrolló sus planes en la ciudad de Rafah antes de la entrada de las tropas”, explican en un comunicado castrense.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, instó a la Organización de Cooperación Islámica a convocar una cumbre de emergencia para discutir la guerra en Gaza tras los letales ataques de este martes.
Erdogan, que ha sido un crítico abierto de Israel durante su guerra contra el grupo militante Hamas en Gaza, pidió a los países islámicos el fin de semana que formen una alianza contra lo que describió como el “expansionismo” de Israel.
La Organización de Cooperación Islámica tiene 57 estados miembros y afirma ser la voz colectiva del mundo musulmán.
Entretanto, Tor Wennesland, enviado de paz de Naciones Unidas para Medio Oriente, condenó enérgicamente las embestidas israelíes de este martes en las áreas densamente pobladas.
“Los principios de distinción, proporcionalidad y precaución en los ataques deben respetarse en todo momento”, subrayó el funcionario.
Sin embargo, Wennesland agregó que nunca se deben utilizar a los civiles como escudos humanos, en referencia a las acusaciones de Israel a Hamás.
Wennesland aseguró también que “la matanza de civiles debe cesar y esta horrible guerra debe terminar”, mientras que instó a las partes a alcanzar un cese el fuego inmediato a los enfrentamientos.
Por su parte, Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), deploró el hecho de que haya, como él calificó, miembros “radicales” en el Gobierno israelí que “tratan de hacer imposible” la formación de un Estado palestino.
En paralelo, también condenó la acción israelí en la Cisjordania ocupada, comparando la situación con la incursión de Israel en Gaza.
“No sólo no hay una pausa en la guerra en Gaza, sino que lo que se vislumbra en el horizonte es la extensión del conflicto a Cisjordania”, aseguró Borrell, desde la sede de la Liga Árabe en El Cairo (Egipto).
Con información de: EFE, Reuters y medios locales