Este trágico suceso en Jutaí ha conmocionado a la comunidad y ha generado un fuerte debate sobre la justicia y la seguridad.
La indignación de los habitantes es comprensible ante la brutalidad del crimen, especialmente cuando se trata de un niño tan pequeño. Sin embargo, la respuesta de la comunidad plantea importantes preguntas sobre las consecuencias de tomar la justicia por mano propia.
Por un lado, muchos sienten que el sistema judicial no protege adecuadamente a las víctimas, lo que puede llevar a actos de desesperación como el linchamiento. Por otro lado, este tipo de violencia puede perpetuar un ciclo de retaliación y desestabilizar aún más a la comunidad.
Es fundamental que las autoridades aborden la situación con rapidez y transparencia, no solo para brindar justicia en este caso específico, sino también para restablecer la confianza de la población en el sistema judicial.
En el municipio de Jutaí, Amazonas, la población invadió la 56ª Comisaría la noche del jueves 19, buscando justicia por la violación, asesinato de un niño de 1 año y 7 meses, cuyo cuerpo fue lanzado al río.
Multitud enardecida en Brasil 🇧🇷 invade comisaria y quema vivo a violador de un niño de un año y siete meses. 🤨😮 pic.twitter.com/msLTayDWUW
— CrónicaPolicial (@CronicaPolicial) September 20, 2024
El hombre fue arrastrado desde la unidad policial y linchado en la calle por la multitud enfurecida.
El niño estaba desaparecido desde el miércoles 18, y su familia, junto a amigos y vecinos, intensificó la búsqueda en la zona donde fue visto por última vez.
Aunque no tuvieron éxito el miércoles, el jueves la policía detuvo a un hombre, fabricante de paletas, quien confesó haber secuestrado, violado y matado al niño, arrojando su cuerpo al río.
Esa tarde, la comunidad rodeó la Comisaría. A pesar de los esfuerzos de la policía civil y militar por dispersar a la multitud, al caer la noche, el violador fue sacado y linchado.
Videos muestran cómo, mientras el cuerpo del hombre yacía ensangrentado en el suelo, algunos lo golpeaban con palos antes de rociarlo con gasolina y prenderle fuego, todo en medio de gritos de indignación.
Aunque la policía intentó proteger al hombre, su número era insuficiente frente a la multitud enfurecida que tomó la justicia por su mano.
Con información de: Noticias de Chiapas