Marcela Loyola
Francisco Parra Barbosa, catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), se instaló en plantón permanente fuera del Edificio Central, debido a que desde hace dos año no le pagan su salario y ha sido hostigado por la ex Defensora de los Derechos Universitario, Urenda Navarro Sánchez.
El quejoso le demandó al rector de la UASLP, Alejandro Zermeño Guerra, respeto a sus derechos laborales y dignidad humana, para que se le restablezca en su trabajo como docente en la Facultad de Derech.
“No se me ha notificado de manera oficial y fundada mi cese de labores como catedrático en la facultad en donde he dado clases desde el 2008”, dijo, motivo por el cual no ha presentado una demanda laboral antes las autoridades correspondientes, pero lo tendrá que hacer.
Indicó que, también he sido encargado del programa de Derechos Humanos en el Observatorio Universitario de Equidad y Género a partir del 2013 y en la defensoría de Derechos Humanos es del 2022, por lo que desde abril de ese año pidió un permiso temporal que se le autorizó, pero en el mes de septiembre se le revocó sin previo aviso, ante lo cual se presenté para reintegrarse a su centro de trabajo, pero se le negó el acceso, sin que hubiera razón jurídica alguna.
El quejoso manifestó que, a la fecha no ha recibí ninguna notificación referente a su situación laboral y sólo se le ha se traído con engaños, mentiras y evasivas, impidiendo su reincorporación y afectándolo económicamente.
“No se me ha pagado mi salario y mis prestaciones, generando una situación de precariedad en mi familia por la negligencia institucional y ahora quieren desconocer mi trayectoria en la UASLP y arrojarme a la calle tras más de dos años de indefinición laboral”, reprobó, pues ya también lo dieron de baja del servicio médico.
Francisco Parra aseveró que, por esa razón decidió protestar, para demandar su reincorporación a su centro laboral y se le paguen las quincenas devengadas en ese injusto lapso, así como que se le deje de hostigar, dado que no se respetan sus derechos básicos por parte del rector Alejandro Zermeño y de toda la burocracia de la Universidad.
El inconforme instaló su casa de campaña fuera del Edificio Central de la UASLP, donde se instaló en plantón permanente hasta que se le garanticen sus derechos laborales y humanos.