Las autoridades rusas informaron el sábado que la situación en el mar Negro es “crítica”, al tiempo que las autoridades de Crimea decretaron el estado de emergencia, tras el naufragio a mediados de diciembre de un petrolero entre Rusia y el territorio anexado.
“La situación es realmente crítica. Desafortunadamente, las consecuencias ecológicas negativas son inevitables”, declaró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, citado por agencias de prensa rusas.
Peskov hizo un llamamiento a las instancias gubernamentales, pidiendo que se realice el “máximo esfuerzo” para afrontar las consecuencias del vertido de miles de toneladas de petróleo, especialmente en las playas de la región de Krasnodar, cerca de la península anexionada de Crimea.
“Por el momento es imposible calcular los daños causados al medioambiente, pero hay especialistas trabajando en ello”, añadió el portavoz.
Por su parte, el dirigente de Crimea, territorio ucraniano anexado en 2014 por Rusia, Serguéi Aksionov, anunció en Telegram haber declarado el estado de emergencia “a causa del vertido de productos derivados del petróleo en el estrecho de Kerch”, que une la península con Rusia.
El ministerio ruso de Transportes aseguró el sábado por la mañana que “todas las zonas contaminadas identificadas en la zona acuática han sido limpiadas”, y que “no se ha detectado ninguna contaminación reiterada”.
“Sin embargo, persiste el peligro de una nueva fuga de combustible en el mar Negro, a causa de los petroleros naufragados y de su vertido en la ribera”, matizó el ministro ruso de Situaciones de Emergencia Alexander Kourenkov.
El domingo 15 de diciembre, dos petroleros rusos, el “Volgoneft-212” y el “Volgoneft-239”, encallaron durante una tormenta en el estrecho de Kerch. Los navíos transportaban 9.200 toneladas de fueloil de las que alrededor de un 40% habrían ido a parar al mar según las autoridades rusas.
Miles de voluntarios se movilizaron para limpiar las playas del suroeste de Rusia, manchadas de combustible. Sin embargo, expertos aseguran que el material utilizado no es suficiente.
El presidente ruso Vladimir Putin reconoció la semana pasada que el incidente era “un desastre ecológico” que podría contaminar hasta 200.000 toneladas de tierra.
Con información de: El Universal