Potosinoticias.com
Opinión

De Prometeo y la Inteligencia Artificial

Por José H. Buendía.

Lado A

¿Es el mito de Prometeo, hoy más pertinente que nunca en plena era de la Inteligencia Artificial?  Los mitos tienen hasta nuestros días una gran carga simbólica. Son relatos que se han ido contando de generación en generación hasta quedar albergados en nuestra memoria colectiva al narrar los orígenes de las costumbres y los límites humanos. Los mitos explican porque las cosas y la vida son así. El mito de Prometeo es, a grandes rasgos, conocido por narrar el robo del fuego a los dioses para dárselo a los hombres, acción que le vale la enemistad y castigo de Zeus. Este “robo” se da cuando Prometeo se hace pasar por hombre y enseña a otro la técnica para hacer el fuego. El titán posee un conocimiento y lo transmite a los hombres, transgrediendo la voluntad divina de Zeus quien les había negado el fuego natural (a causa del primer engaño de Prometeo al llevarlo a escoger las peores partes de los animales para los sacrificios). El castigo: encadena al titán a la roca del Cáucaso donde un águila le visita todos los días para devorar su hígado por toda la eternidad. Lo que se castiga: la insensata sabiduría de Prometeo.

En los mitos, un mismo personaje puede ser desarrollado desde varios puntos de vista. Hesiodo en su Teogonía, nos ofrece un titán tramposo que desafía el orden de Zeus. Por su parte, Esquilo, en su Prometeo Encadenado, como un filántropo patrocinador del progreso humano frente a un Zeus tiránico. En los mitos una versión no anula a las anteriores, sino que todas se suman enriqueciendo su significado en la tradición mitológica. Dicho lo anterior, considero que no hay una mejor versión del mito para hablar de, la creación, el conocimiento y su responsabilidad, que la que encontramos en Frankenstein o El moderno Prometeo, escrita en 1818 por Mary Shelley. Esta novela, es hoy en día, la metáfora perfecta de la ciencia que ignora valores y consecuencias humanas. En el capítulo III de la segunda parte, hay un fragmento revelador del doble filo que conlleva el conocimiento:

“Un día, estando aterido de frio, encontré un fuego que habían abandonado algunos mendigos vagabundos y me embargó un gran placer cuando sentí su calor. En mi alegría, alargué mi mano hacia las brasas vivas, pero rápidamente la aparté con un grito de dolor. Qué extraño, pensé, que la misma causa produjera al mismo tiempo efectos tan contrarios.”

Queda de manifiesto en estas líneas (y a lo largo de toda la obra), que la autora advierte en su novela sobre el carácter destructivo y constructivo del conocimiento, este es “la misma cosa que produce al mismo tiempo efectos tan contrarios”; es aquello que cura y que causa pesar; es aquella herramienta que nos sirve o la herramienta que se sirve de nosotros. Victor Frankenstein (el moderno Prometeo) quiere ser creador y fuente de vida, quiere hacer lo que no se ha hecho antes. Este ejercicio de hibris, esta desmedida ambición prometéica de “jugar a ser dios”, pronto se vuelve en su contra pues crea a una criatura más poderosa y destructiva que la capacidad de su creador para contenerla y de la cual ni siquiera puede hacerse responsable.

El creciente poder de la ciencia y los avances tecnológicos nos ha traído la Inteligencia Artificial con la promesa de que está de nuestra parte, que llegó para facilitar nuestro trabajo y ayudarnos a cumplir nuestros objetivos. Honestamente creo que quien se capacite hoy en día, en el uso de las distintas inteligencias artificiales contará con una ventaja competitiva indispensable en corto tiempo. No es la intención de este texto el huir o rechazar las nuevas tecnologías digitales que se nos ofrecen, sino llamar la atención en el cuidado que se debe tener en el uso de las mismas, en no perder de vista o de plano cerrar los ojos ante la urgente necesidad de una regulación adecuada en materia de datos personales, derechos de autor, derechos humanos digitales, ciberseguridad (por mencionar algunas) y a la exigencia de una conducta ética para las empresas que desarrollan estas herramientas, para que sigan estando de nuestro lado, sin agendas ocultas que las ayuden a convertirse en mecanismos para socavar o condicionar la voluntad humana.

Lado B

  1. Para más sobre aquello de “socavar o condicionar la voluntad humana”, recomiendo ver el documental, Nada es privado, que se puede encontrar en Netflix.
  2. Otros dos mitos que advierten de los peligros del conocimiento son el de Adán y Eva; y el de Andrógino en El Banquete de Platón.

Notas Relacionadas

Ver para Pensar: Estado, oligarcas y espacios vacíos (Gangs of New York)

Potosinoticias .com

Aborto: La vieja receta que ya no necesitamos

Potosinoticias .com

Ver para Pensar: El Gatopardo

Potosinoticias .com