Tulum atraviesa una de sus peores crisis turísticas de los últimos años. Comerciantes locales han comenzado a ofrecer disculpas públicas a los visitantes por los abusos y precios desproporcionados que, reconocen, han dañado la imagen del destino y provocado una notoria caída en la afluencia de turistas.
De acuerdo con datos recientes del Sistema de Información Turística de Quintana Roo (SITQROO), la ocupación hotelera en Tulum muestra una tendencia a la baja al inicio de la temporada de otoño 2025, en contraste con los registros de años anteriores, cuando el destino se mantenía entre los más visitados del Caribe mexicano.
Hoteleros, restauranteros y prestadores de servicios coinciden en que el repunte de quejas por malos tratos, cobros excesivos, falta de transparencia en precios y experiencias de “turismo VIP artificial” ha comenzado a pasar factura. En redes sociales y plataformas de viaje, cada vez más usuarios denuncian haber pagado tarifas muy elevadas por servicios básicos o haber recibido un trato discriminatorio.
Ante este panorama, la Asociación de Comerciantes y Prestadores de Servicios Turísticos de Tulum emitió un comunicado en el que reconoce “errores cometidos en el trato a los turistas nacionales e internacionales” y se comprometió a revisar sus prácticas comerciales para recuperar la confianza del visitante.
“Queremos ofrecer disculpas sinceras a quienes han tenido malas experiencias. Tulum depende del turismo, pero también debe aprender a cuidar de quienes lo eligen como destino”, señala el documento firmado por más de 50 empresarios locales.
Mientras tanto, expertos en economía turística advierten que la crisis podría profundizarse si no se aplican medidas inmediatas de regulación y capacitación. “El modelo de lujo desmedido y los abusos de precios no son sostenibles. Tulum se enfrenta a un punto de inflexión: o se reinventa o perderá su atractivo frente a otros destinos del Caribe”, señaló la especialista en desarrollo turístico, Mariana Sánchez Ocampo.
El llamado de los comerciantes busca evitar que la temporada invernal —clave para la economía local— repita los bajos números actuales y que Tulum, conocido por su belleza natural y su misticismo maya, no se consolide ahora como ejemplo de cómo el exceso puede destruir un paraíso.

