Diversos sindicatos de Francia realizaron ayer una megamovilización para que el gobierno de Emmanuel Macron retire la reforma al sistema de pensiones.
Maestros, médicos, abogados y trabajadores de la Torre Eiffel fueron algunos de los 650 mil trabajadores que participaron en la huelga tan sólo en París.
Turistas se vieron afectados en el 13º día de paro en el transporte público.
Los hospitales ofrecieron servicios mínimos ante la huelga de enfermeras, médicos y farmacéuticos para pedir protección a un sistema de hospitales públicos otrora prestigioso y ahora maltrecho tras años de recortes.
La policía acordonó el Palacio del Elíseo, residencia oficial del presidente Macron, para evitar el ingreso de activistas del movimientos de los chalecos amarillos u otros manifestantes radicales indignados por la injusticia económica.
A pesar de la huelga general y la creciente presión sobre Macron, el gobierno advirtió que no dará marcha atrás con los planes de elevar la edad de jubilación a los 64 años, aunque la semana pasada hizo concesiones aplazando la aplicación de la norma y abrió la puerta a más negociaciones.
“La reforma se queda (…) no la retiraremos’’, aseveró la portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye a la televisora BFM.
AFP.