La noticia del día no fue tan sorpresiva, ya se había cantado hace tiempo: la renuncia de Jorge Vera Noyola a la Fiscalía Anticorrupción.
El tono utilizado por el abogado para que ya no le sigan insistiendo de que no se vaya, que se quede para seguir combatiendo la corrupción, es una perla: “presento mi renuncia de manera definitiva e irrevocable”.
Fungió como zar anticorrupción dos años, su desempeño siempre fue controvertido, para unos era una mera figura decorativa del gobierno y solo sirvió de tapadera, para otros sí dio cauce a denuncias en contra de ex servidores públicos por designación y elección, si no prosperaron ya no fue su culpa.
La línea oficial de no ir más allá de lo “prudente”, cuando se fue por la libre recibió presiones; y atado por la falta de personal y un presupuesto para cumplir sus tareas, comenzó a desesperarse y hace 15 días se filtró a la prensa su renuncia, ya había marcado su distancia con el gobernador Carreras en buenos términos, le pidieron que aguantara un poco más y aceptó.
El plazo se venció este viernes que presentó su renuncia al Congreso del Estado, donde había tomado protesta con no buenos auspicios, lo flanqueaba a su izquierda el diputado José Luis Romero Calzada, “El Tekmol”, uno de los emblemas de la legislatura más repudiada de la historia.
Ya libre del cargo, en entrevista banquetera enumeró sus resultados, abrió expedientes y presentó ante la justicia a 65 servidores públicos acusados de corrupción; y no lanzó expresiones de inconformidad o desacuerdo con nadie; al gobernador le expresó sus respetos y gratitud.
Si algo ha aprendido Jorge de su padre, el diputado decano Óscar Vera Fabregat, es moverse en el “timing” político, se fue antes de que se hundiera el barco de la alcaldesa Victoria Labastida, renunció a la Contraloría con oportunidad y sin lastres de ese trienio que acabó con varias carreras políticas.
Ahora dejó de formar parte de un equipo en el que los cambios son cosa rara, no quiso quedarse al final incierto de este sexenio, en el que no hubo voluntad real para cimentar el funcionamiento del sistema estatal anticorrupción.
¿Quién será el valiente que acepte relevarlo en lo que resta del sexenio carrerista? [Javier Padrón]
