A veces hemos sentido que podemos volar, estar en lugares donde nos vemos en aprietos, que se nos caen los dientes o que estamos a borde de la muerte. En los sueños se puede todo, pero para que estos escenarios ocurran, nuestro cerebro tiene que realizar varios procedimientos que se dividen en fases.
Todo comienza cuando nos vamos a la cama, un lugar que tiene que ser exclusivo para nuestro descanso, a partir de ahí nuestros ojos empiezan a cerrar y el cerebro inicia con su trabajo.
“Cuando nosotros dormimos durante la noche vamos a pasar por diferentes fases, cada fase tiene una función específica y estas fases se van a reagrupar”, explicó Guadalupe Terán, coordinadora de investigación en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La primera fase dura alrededor de cinco minutos y es cuando nos quedamos dormidos. Nuestro cuerpo se empieza a preparar para el ciclo que tiene que realizar.
De acuerdo con la revista Ciencias de la UNAM, el pulso se hace cada vez más parejo y la respiración comienza a volverse regular, aunque cualquier ruido o alteración pueden provocar que despertemos. Los ojos ya no captan las señales externas, pero se mueven lentamente de un lado a otro.
“Durante la primera fase nosotros nos vamos a quedar dormidos y vamos a pasar por un periodo de sueño ligero donde estamos más reactivos al medio, pero estamos descansando”, dijo la especialista.
Cuando entramos a la segunda fase de sueño ligero, las ondas del cerebro tienen una serie de chispazos rápidos, de medio segundo, llamados husos de sueño.
Esta etapa puede durar hasta 50 minutos y los husos pueden llegar cada pocos segundos. Nuestro ritmo cardiaco disminuye y nuestra temperatura corporal baja.
Después de las dos fases anteriores, nuestro cuerpo entra en un sueño profundo, esta será la fase 3, “donde se restaura el organismo, nos estamos recuperando, se regula la temperatura y después vamos a entrar a la fase de movimientos oculares rápidos, que es cuando estamos soñando”. A esta fase se le denomina MOR o REM (por sus siglas en inglés).
“En esta fase van a pasar dos cosas. Una es que vamos a perder el tono muscular, es decir no nos podemos mover, se cree que es para evitar que para no nos hagamos daño durante nuestros sueños y lo que pasa en el cerebro es que va estar llevando procesos de cognición avanzada, aquí es donde resolvemos problemas, depuramos la información que hemos adquirido a lo largo del día, guardamos o consolidamos la memoria y también se llevan a cabo procesos como la creatividad”, indicó la doctora Guadalupe Terán
El soñar también está asociado con la síntesis de proteínas que es lo que nos hace funcionar en el día a día.
Por Milenio