[Javier Padrón]
El proyecto aumentado en su monto, para renovar las luminarias en la capital potosina, fue una de las causas de la debacle política de Ricardo Gallardo Juárez.
En ese entonces un grupo de empresarios, encabezados por Carlos Torres Rodríguez y Juan Carlos Valladares Eichelmann como se difundió en su momento, incluso se dijo que participaba un hijo de Carlos Salinas como ingrediente apantallador, y embozados en la empresa PANAVI, convencieron a Gallardo de que sería un gran… beneficio para la ciudad renovar el obsoleto alumbrado público con luminarias Led.
El negocio superaba los mil millones de pesos y trascendería la gestión gallardista, por lo que tenía que ser aprobado por el Congreso del Estado, se compraron votos desde un millón de pesos, hubo legisladores atarantados que recibieron menos, se generó una controversia mediática por la millonada en juego y todo se vino abajo de manera estrepitosa.
PANAVI quedó apestada, no pudo recuperar los moches que pagó a los diputados, Gallardo perdió la reelección y los empresarios, que nunca dieron la cara, decidieron esperar una nueva oportunidad.
De casi una treintena de proveedores de luminarias que respondieron a la convocatoria del ayuntamiento presidido por Xavier Nava para participar en el proceso de licitación de 50 mil luminarias, solo quedaron tres: Constructora Betulia, TrafficLight de México y Consorcio de Ingenieros de Guanajuato, de acuerdo a lo informado por el director de Obras, Marco Antonio Uribe Ávila.
Ya con el IVA incluido, Betulia presentó una propuesta de 279 millones de pesos; TrafficLight de 395 millones y Consorcio 414 millones.
En los pasillos de la UAM trascendió que detrás de Betulia estaría el empresario Fernando Pérez Espinosa, tío del secretario general Sebastián Pérez y recolector de fondos para la campaña navista; y a la poblana TrafficLight se le vincula con Carlos Torres Rodríguez, que presentó luminarias marca Phillips, cuyas características coincidieron casualmente con las especificaciones requeridas en la licitación.
Marco Antonio Uribe es uno de los funcionarios modelo del gabinete municipal, de los que más trabaja sin fatiga, de su mente salió la genial idea del “Bachetón”, tiene una trayectoria intachable como constructor privado, antes presidió con laureles el gremio de los constructores, por lo que no se puede pensar que esté actuando con dolo y mala fe para favorecer a Carlos Torres.
A la hora de revisar las propuestas fue riguroso en extremo, en el caso de Betulia, tardó casi dos horas para detectarle varias deficiencias y omisiones; con la empresa guanajuatense se tardó menos pero también le hizo varias observaciones, mientras que con TrafficLight fueron suficientes apenas quince minutos para ponerle estrellita porque cumplió de manera completa y sobrada, lo que en lenguaje liso y llano equivale a ser el ganador de antemano de esta transparente licitación por 395 millones de pesos, cantidad que seguramente se incrementará con diversos pretextos como es la costumbre.
A Uribe Ávila no le importó que esta empresa no precisara el modelo y año de fabricación de las luminarias Phillips, lo que es indispensable para determinar su vida útil y luminosidad; fue una omisión irrelevante para el objetivo trazado, porque de lo contrario se confirmaría que son obsoletas y llegaron enmohecidas de una licitación cancelada del pujante municipio de Zapopan.
Este descarado favoritismo del funcionario modelo provocó la protesta airada de uno de los representantes, gritó que la licitación era un fraude y hubieran hecho mejor una asignación directa y evitarse simulaciones.
Para formalizar la acta de proposiciones, el director de Obras Públicas contó con el aval silencioso del subdirector de Construcción, Jorge Chávez, Julio César Galván, coordinador jurídico y Oliver Rodríguez Mitre, enviado solo para cumplir con la formalidad por el contralor de hierro Jesús Mejía Lira.
Ante esta licitación estilo gallardista, no hay duda de que el Frente Ciudadano Anticorrupción que se ha destacado por su lucha sin tregua y sin distingos contra los malos servidores públicos, convoque a conferencias de prensa, recolecte firmas de indignación y presente las denuncias respectivas ante diversas instancias para exigir castigo a los corruptos.
OTRO NEGOCIO DE LUMINARIAS
Ya está en puerta otro negocio millonario de luminarias, estará a cargo del titular de la Seduvop, Leopoldo Stevens Amaro, el constructor favorito del PRIAN y financiador del carrerismo.
Renovará el alumbrado público de la Zona Industrial, además se instalará un sistema de semaforización de vanguardia, está preparando las licitaciones respectivas con el mismo rigor e imparcialidad que su colega Marco Uribe Ávila. Ya veremos que empresarios se apuntan para ganar.
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