En un exhorto a los miembros del Consejo Directivo Universitario para que razonen su voto en la sesión en que se elegirá al sucesor del rector Manuel Fermín Villar Rubio, el investigador Jesús Monsiváis Cerda aseguró que la universidad se merece “un liderazgo sólido, no a un perfil creado en la desesperación y en la conveniencia. La continuidad, ya no es un voto de confianza para la institución”.
En un documento de tres cuartillas que difundió en su cuenta de Facebook, Monsiváis Cerda aseguró que los llamados a la unidad “suenan vacíos, como el eco solitario de las mujeres universitarias, víctimas de acoso, que corren desesperadas por los pasillos de la institución, en busca de algo que se llama espíritu universitario y que hoy, por ineptitud y omisión, se desdibuja todos los días”.
Sin referir por su nombre al rector saliente, expone una serie de prácticas que han desdibujado a la UASLP en los últimos años: tráfico de influencia, corrupción, violencia laboral, raquíticos salarios de los trabajadores “frente a los insultantes sueldos de todos los funcionarios de primer nivel”.
Consideró que se ha perdido la naturaleza de la UASLP, ahora impera “la universidad de los privilegios, de los ricos, o de los apellidos de abolengo y de renombre”
Reproducimos la postura integra del investigador Monsiváis Cerda, egresado de la Facultad de Derecho.
Carta Abierta al Consejo Directivo Universitario de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí UASLP.
San Luis Potosí, 30 de marzo de 2020.
Querida Consejera Universitaria:
Estimado Consejero Universitario:
Tú y yo, conocemos muy bien a la universidad, es nuestra segunda casa, en ella pasamos la mayor parte del tiempo y nuestro crecimiento personal y profesional es gracias a esta institución, que es orgullo de San Luis Potosí y de México.
Tú y yo, mejor que nadie, la conocemos, la vivimos todos los días y reconocemos la enorme responsabilidad que tiene en la formación de nuevos ciudadanos. Nunca hemos dudado en ponernos la camiseta, administraciones vienen, administraciones van, pero por el orgullo institucional, siempre ha valido la pena.
Hoy, no nos queda duda, que la investigación y la difusión de la cultura en la universidad, gozan de un extraordinario crédito, que la colocan como una de las mejores universidades públicas del país. La calidad de nuestras investigadoras e investigadores, así como sus aportaciones a la ciencia y las humanidades, nos ubican como la mejor universidad pública estatal de México.
Gracias a todas ellas y todos ellos, a su trabajo en sus laboratorios y cubículos, la institución es un referente internacional en investigación.
Sin embargo, ahora es muy importante hacer un examen de conciencia, y reconocer con toda honestidad, que el prestigio público de la rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, no está ni mucho menos, en su mejor momento.
Tú y yo sabemos, que los llamados a la unidad, que salen del segundo piso del Edificio Central y no de la Sala de Consejo Manuel María de Gorriño y Arduengo, hoy suenan vacíos, como el eco solitario de las mujeres universitarias, víctimas de acoso, que corren desesperadas por los pasillos de la institución, en busca de algo que se llama espíritu universitario y que hoy, por ineptitud y omisión, se desdibuja todos los días.
El nepotismo, y los privilegios de las -dinastías universitarias- han abonado al descrédito público frente a la sociedad. Tú y yo sabemos, que estas malas prácticas, ya no pueden tolerarse al interior de la universidad.
El tráfico de influencias y la corrupción, en cualquier institución seria, de educación superior de Estados Unidos o de Europa, no solo se señalaría por sus juntas de gobierno o consejos universitarios, sino que además, se someterían a investigación, por las autoridades anticorrupción y de la función pública.
Con todo esto, quiero decirte que las universidades públicas, tienen el deber ético de ser ejemplares y las primeras instituciones del Estado mexicano en ser abiertas y transparentes.
¿Cómo exigir a las autoridades políticas, probidad y rectitud, si en las universidades, la que forma ciudadanos, sistematizamos el nepotismo y el tráfico de influencias?
¿Cuál será el ejemplo para los estudiantes universitarios, cuando normalizamos la violencia laboral de muchos trabajadores de la institución, con raquíticos salarios, que nunca han sido recategorizados, frente a los insultantes sueldos de todos los funcionarios de primer nivel en la universidad?
No podemos olvidar, que la universidad pública, es una universidad social, no la universidad de los privilegios, de los ricos, o de los apellidos de abolengo y de renombre. La única clase social en la universidad pública, debe ser el conocimiento. La universidad pública, es del pueblo.
Por todo lo anterior, es muy probable, que a estas alturas, ya te han convocado a una sesión extraordinaria para elegir a un nuevo rector y como universitario, solo te pediría que asumas un papel digno, no solo frente a la institución, sino frente a la sociedad.
Tú, has sido elegido para levantar la voz, y no puedes olvidar, que estar legitimado para reflexionar y debatir en el espacio universitario, es un atributo y una virtud que te honra, no solo como universitario, sino como ciudadano.
Desearía que en la próxima sesión de Consejo, estés a la altura, no solo del escenario social del país, sino también de la realidad global, que exige desesperadamente a los mejores perfiles, en la toma de las decisiones, de todas las instituciones públicas.
La universidad se merece por tanto, un liderazgo sólido, no a un perfil creado en la desesperación y en la conveniencia. La continuidad, ya no es un voto de confianza para la institución.
Pienso, que ningún candidato o candidata a la rectoría, debe apelar a la unidad, no somos un partido político, la universidad debe apelar a la capacidad y la inteligencia, al compromiso y la pertinencia social, debe apelar al diálogo y al debate, dentro de sus espacios académicos y universitarios.
Es la universidad el semillero de la discusión clara de las ideas y de los conceptos. No cercenemos, esa función primigenia del espacio universitario.
La universidad y la sociedad, necesitan de tu valor civil, tu decisión debe ser consiente y responsable. No aceptes consignas, no aceptes instrucciones, debate las propuestas de todas y todos los candidatos, para que la institución elija a un vocero digno, porque la sociedad te observa y su escrutinio público, es el que te juzgará en los próximos cuatro años.
La institución no debe perder claridad, en su encomienda social, que le ha sido depositada por el Estado. Por esta razón, la universidad necesita a una voz, que no tenga miedo y que no deba favores. Necesitamos un rector que posicione la agenda de los universitarios, en el debate público.
No es casualidad, que por la contingencia sanitaria, al nuevo rector lo vayas a votar, en el Paraninfo Universitario Rafael Nieto, el gobernador progresista, el del voto a las mujeres y el de la autonomía universitaria. La Universidad Autónoma de San Luis Potosí, debe llegar por tanto, al primer centenario de su autonomía en 2023, como una institución moderna y ejemplar en las mejores prácticas cívicas y democráticas, al seno de sus órganos de decisión.
Mi voz, es la de un universitario más y la de un mexicano, que no pierde la esperanza en que la educación pública, es la que salvará a México.
“SIEMPRE AUTÓNOMA. POR MI PATRIA EDUCARÉ”.
Jesús Monsiváis Cerda.
