Jorge Ramírez Pardo
Alfonso es un hombre impregnado de poesía, la que produce y la que abreva. Ello está en su hablar cotidiano. Siempre sonríe, es buen negociador y amigo de la bohemia.
Los alumnos de planteles escolares que ha dirigido, le saben con un ascendente singular, “es el poeta Badillo”.
La poesía lo ha llevado varias veces a encontrarse con otros vates en Sur América, siempre entre el borde y altiplano de los Andes.
El autorretrato
Hola que tal, soy Alfonso Badillo Dimas (1964); nací en Matamoros Tamps., pero fui registrado en el municipio de Ébano S.L.P
Soy economía por la UASLP, y realicé una maestría en Administración Educativa.
Trabajé un año para el Instituto Nacional Indigenista en Tampacán, S.L.P.
Me dedico a la educación desde hace treinta y dos años en el Colegio de Bachilleres (COBACH, SLP)
Comencé a escribir textos poéticos, como respuesta a la convocatoria de los juegos florales del COBACH; obtuve algunos reconocimientos que comenzarían a marcar mi vida como poeta; y que a la postre se verían reflejados en la publicación de los poemarios:
– EFÍMERA LUZ QUE TRANSITA EL ALBA, (2001), COBACH. Plaquette.
– LA PEZ, (2009, Secretaría de Cultura y COBACH.
– VIENTO DE AGUA EN SOL MAYOR (2013), Secretaría de cultura y CONACULTA. Plaquette.
– COMETA, (2014), Secretaría de Cultura y CONACULTA. Premio 20 de noviembre.
– VENEROS DE LA BATALLA, (2016), Gobierno del Estado de S.L.P. y Secretaría de Educación.
-LA ISLA DE MI PADRE (2019), El Español de Shakespeare, Corregido y diseñado en la Comuna de La Florida, Santiago de Chile, a un palmo de la Cordillera de los Andes.
Sus opiniones
Esto responde Alfonso al cuestionario/dialogo de Potosí Noticias con creativos respecto a la reclusión que impone la pandemia Coronavirus:
¿Qué afectaciones te ocasiona la contingencia?
En cuanto a mi vida pública, y al trato que tengo de manera permanente con alumnos, maestros y padres de familia, así como otras instituciones paralelas a mi trabajo como educador, sin duda que los extraño; he dedicado más de la mitad de mi vida a esta noble profesión y he visto egresar de sus aulas a miles de jóvenes que hoy son médicos y que no dudo que en este momento estén entregados muchos de ellos a cuidar de la salud de nosotros con una pasión verdadera.
Hace algunos tres años me encontré precisamente a un médico en la clínica del ISSSTE aquí en San Luis y me reconoció. Él había egresado del plantel 05 de Cd, Fernández y estaba como director interino en el nosocomio; intercambiamos un diálogo por unos minutos y me comentó que había recibido en urgencias a uno de sus maestros de los que tanto había aprendido en el área de las humanidades, que lo atendió porque había ingerido ácido muriático pero que ya no había podido hacer nada; al mes de haber estado internado falleció.
- Lo sé médico, lo sé -le dije-, éramos muy amigos, y me dolió mucho su partida
Nos despedimos con un fuerte apretón de manos y un cálido abrazo, no sin antes felicitarlo por esa vocación de servicio.
He visto pasar otros profesionistas de las carreras de ingeniería, químico-biológicas, del área de las humanidades y también artistas de teatro, entre otros.
Con respecto a mi vida de poeta, creo que no me ha afectado tanto, es una paradoja, pero cuando asumo mi personalidad como escritor me vuelvo realmente solitario frente a mi cuaderno de notas o en la misma computadora o el propio celular. Aunque, a decir verdad, sigo utilizando mi bolígrafo, ya que siento que fluyen más las palabras en este tradicional estilo de escribir. A su vez, me sirve como un primer apunte que luego pasará los filtros correspondientes. Por eso, no me ha afectado sino, por el contrario, me ha permitido retomar algunas lecturas y proyectos de escritura que se habían quedado en el tintero, caso concreto es el de OBRERA DEL AMOR o CRISALIDA que está en veremos el título y otro más reciente que probablemente se llame DEL BRAVO AL CONO SUR, así como algunos apuntes del escultor Pedro Cervantes a su paso por San Luis Potosí.
El segundo proyecto, relata dos registros de viaje, uno a Buenos Aires en la Cd de San Nicolás de los Arroyos en el Encuentro Internacional de Escritores y a la ciudad de Rosario; y otro registro de viaje a Santiago de Chile en el invierno pasado donde se presentó el poemario: LA ISLA DE MI PADRE en La Casa del escritor chileno, inmueble que habría sido donado por el poeta Pablo Neruda. Por cierto, fue una edición que se publicó en ese país del sur por la editorial independiente Shakespeare, y donde también viví en carne propia “La Primavera de Santiago”, sin duda uno de los estallidos sociales que a la fecha sigue latente y donde el neoliberalismo como modelo económico ha sido rotundamente reprobado. En cuanto al libro están agotados los quinientos ejemplares de la primera edición, y esperemos pronto salga una segunda edición en San Luis Potosí, y que la Secretaría de Cultura se interese, pues, a decir verdad, es un poemario que fue bien recibido por la crítica en Sudamérica.
