México no puede seguir dependiendo de los combustibles fósiles, fuente de energía no renovable, como ha hecho hasta la fecha, advirtió este jueves el destacado biólogo mexicano José Sarukhán.
Además, consideró que la nueva política de electricidad del gobierno mexicano, que limita la participación de empresas privadas en el sector y especialmente en energías renovables, es “una medida totalmente imprudente, inadecuada y fuera de toda comprensión”.
De acuerdo con Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), usar energía fósil es un gran error.
“Yo no sé cómo hay gente que todavía sigue pensando que eso es dable”, expuso en entrevista.
A finales, de abril, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) dio a conocer el Acuerdo para garantizar la Eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional, derivado de la emergencia sanitaria que se vive en México por el coronavirus SARS-CoV-2.
Mientras que a mediados de mayo, la Secretaría de Energía publicó la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, ambos documentos limitan la participación de empresas privadas en energías renovables y establece nuevas directrices para el despacho de energía al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
El experto dijo que después de toda la evidencia ambiental y climática que se tiene sobre el uso de las energías fósiles indica que “tenemos que movernos hacia energías renovables” y “hacer uso de energías nuevas no dañinas al medioambiente o menos dañinas”.
La pequeña escala
Para el también doctor en Ecología por la Universidad de Gales las grandes extensiones cubiertas por celdas fotovoltaicas -paneles que capturan energía solar para convertirla en eléctrica- son una buena estrategia, pero explicó que el país que tiene la mayor cantidad de producción energética renovable doméstica es Alemania.
Contó que los alemanes “no lo hacen a base de grandes extensiones, sino estimulando el uso de esas tecnologías en cada casa o conjunto habitacional” para que los habitantes de cada región cuenten con sus propios sistemas.
Dijo que ese tipo de programas están apoyados por el gobierno de aquel país “y a unos costos que se vuelve ridículo pensar que puedan seguir usando electricidad generada por consumo de combustóleo, carbón o de cualquier combustible fósil”.
“Esa es la línea que hay que seguir, no la línea de grandes escalas, sino las pequeñas, las que pueden arreglarle la vida a pequeñas poblaciones”, apuntó.
Sarukhán dijo que existen maneras de desarrollar esa tecnología y eso se traduce en términos de costos económicos: “Lo que me cuesta producir un kilovatio solar y lo que me cuesta seguir usando combustibles fósiles”.
Sugirió que el gobierno mexicano, en lugar de “hacer subsidios de todo tipo”, podría estimular que los ciudadanos tengan acceso a este tipo de generación de electricidad, a automóviles híbridos o eléctricos, reduciendo impuestos a quienes compren esta tecnología.
El exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (1989-1997) calificó como “un enorme error” pretender que se pueden seguir usando combustibles fósiles como forma de desarrollo.
“Esto es ruinoso económicamente y ambientalmente, y todavía más ruinoso para las futuras generaciones”, finalizó.
EFE.