[Javier Padrón]
Este martes fue una jornada de bombas de la FGR: Peña y Videgaray fondeando la campaña que los encumbró con dinero sucio de Odebrecht; la detención de Eleuterio Enrique Pérez Romero, administrador de la SEGOB con Osorio Chong, por desvío de recursos de la Policía Federal, faltan de caer 18 de sus excolaboradores acusados de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita; y Felipe Calderón se ahoga en la planta de Etileno.
El fiscal Alejandro Gertz Manero les pisa los talones a Chong y su esposa, su patrimonio no corresponde a sus ingresos y ocupan su tiempo interponiendo amparos. La avanzada política que tuvo en SLP el ahora senador, eran el delegado de la SCT, César García Coronado, conocido como “el rey del moche” y el excomisario de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, hoy dueño de Quadratín San Luis.
El exsecretario Chong colocó a Galindo en la sucesión de Fernando Toranzo y luego lo impulsó para la senaduría, candidatura otorgada al empresario Luis Mahbub. La última vez que vino Chong a SLP fue en mayo del 2018 para respaldar a los candidatos del PRI, se tomó la foto con Mahbub para mostrar que no había resentimiento por haber desplazado a su pupilo. Mientras su exjefe cae en desgracia, Galindo se mueve para que el PRI lo considere ahora sí para el 2021.
La comentocracia del prianismo tronó con la noticia de Lozoya como denunciante de Peña y Videgaray, encuentran mil argucias para declarar insustancial, improcedente cualquier acción legal que provenga de la delación del “testigo colaborador”, muy cómodo en su residencia y sin pisar la cárcel. Les parece una bagatela los 100 millones de pesos.
Los gobernadores del PAN y PRI abrieron otro frente para mitigar las imputaciones de corrupción que ya soltó Lozoya a Gertz Manero, han comenzado a condicionar su asistencia a la reunión de la CONAGO a realizarse en esta ciudad la próxima semana. Confiamos en que Juan Manuel Carreras, anfitrión de esta cumbre en uno de los momentos más críticos del sexenio federal, concilie a los rijosos y le cumpla al Presidente AMLO con una reunión civilizada y fructífera.
Fuera del repunte de la pandemia, todo le ha estado saliendo bien en los últimos días a Carreras, el Congreso del Estado está a punto de aprobarle un fiscal anticorrupción a modo que no lo molestará el próximo sexenio en el que habrá seguramente alternancia; de las pocas veces que el secretario Leal opera con eficacia y es apabullado en las columnas periodísticas, lo presentan como maquinando por la libre cuando solo acata la línea del gobernador.
Desde la CONAGO Carreras fortalece sus posibilidades de acomodarse en el gabinete de la 4T o en el Servicio Exterior al concluir su gestión; si Carlos Jiménez y la periodista Isabel Arvide fueron llamados sin pudor por el canciller Ebrard ya puede pasar cualquier cosa; y el poeta de la pelota roja Enrique Márquez, director de cultura de la SRE, tendrá la oportunidad de corresponderle a Carreras que le dio una chamba de aviador con un sueldo de más de 30 mil pesos al mes.
CHÁVEZ, DOS SEXENIOS FELICES
El gabinete no sigue el infatigable ritmo de trabajo de nuestro honroso presidente de la CONAGO, Juan Manuel Carreras, sus colaboradores cada vez se quedan más rezagados, el semáforo rojo les cayó como anillo al dedo para su justificar su ausentismo y baja productividad.
El titular de la SCT, Fernando Chávez Méndez, se declaró incapaz de regular a camioneros que llevan sobrecupo y en cuanto al uso de cubrebocas obligatorio de los pasajeros, se lo deja a la conciencia de las personas. A este distinguido priista le sobran pretextos para seguir paralizado en esta emergencia que ha matado hasta ahora a 791 potosinos, no hay recursos, no hay personal suficiente, carece de facultades legales para imponer las medidas sanitarias en el transporte urbano. Si no puede hacer nada, mejor que renuncie: y del Metrobús es mejor que no declare, cuando lo hace es solo para anunciar que requiere más presupuesto. Ya lleva dos sexenios como secretario anodino, fue diputado de la legislatura más corrupta de la historia y repartió el presupuesto de publicidad entre sus cuates.
El secretario del Trabajo, Manuel Lozano Nieto, tiene semanas sin aparecer, su mayor esfuerzo es replicar en sus redes sociales la campaña del gobierno estatal contra el Covid-19. Ya perdió las ilusiones de un mejor futuro político, es un candidato perdedor. El titular del Instituto de Desarrollo Humano y Social de los Pueblos y Comunidades Indígenas, Raúl de Jesús González Vega, tuvo que dar la cara por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y presumió que se han gastado “12 mil millones de pesos en obras y proyectos a favor de las comunidades de los pueblos náhuatl, tének y xi’oí”, y los presuntos beneficiarios se preguntan: ¿en dónde? Por las denuncias de la familia del artesano triqui Domingo Flores, fallecido por negligencia médica, silencio total del funcionario.
El secretario de Cultura, Armando Herrera, debería de informar sobre los millones de pesos que no se ejercieron este año por la suspensión de los festivales y actividades diversas a las que se asignó presupuesto, es un ahorro sustancial que debe reencauzarse a la salud de los potosinos. Si el festival de danza “Lila López” se realizó vía internet no será un argumento sólido para asegurar que se gastó todo lo previsto, debió salir gratis, tiene que rendir cuentas y no salir con cuentos chinos.
El gabinete carrerista debería verse en el espejo del caso Lozoya, un gobierno de alternancia los puede poner en aprietos, si gana Morena la gubernatura y la mayoría del Congreso, el fiscal Felipe Aurelio Torres Zúñiga o cualquier otro que pongan será removido de un plumazo. La salvación sería un gobierno panista, muy dado a las trácalas y los moches.