[Javier Padrón]
Solo cuando el crimen vulnera a una familia de la clase alta en el fraccionamiento más caro y vigilado de la ciudad, el gobierno estatal se muestra atento y se compromete a investigar, así ha sido siempre, las víctimas de abajo son irrelevantes, no cuentan, sus denuncias pasan a formar parte de las estadísticas de impunidad.
Las cabezas del sector privado, especialmente la COPARMEX, están muy satisfechas con el gobernador y su gabinete, la ola de violencia e inseguridad que padece la mayoría de la población les es ajena hasta que tumba sus puertas, como le ocurrió a la familia Autrique que a través de las redes sociales narró la amarga experiencia sufrida.
Por tratarse de tan importante familia es muy probable que ya recibió atenciones personales del gobernador Carreras, el fiscal Garza, el alcalde Nava, el secretario Jaime Pineda, el comandante Guadalupe Castillo Celestino…
La Fiscalía General del Estado asignó a un buen número de agentes para realizar la investigación y dar con los responsables del allanamiento, amenazas y robo de pertenencias de esa familia. Si usted vive en una colonia de clase media o popular, debe resignarse si sufrió un asalto o un robo, si quiere perder el tiempo vaya y presente la denuncia.
La ejecución del funcionario de la Fiscalía General del Estado cuando se trasladaba con su esposa en un vehículo oficial como parte de la serie de ejecuciones diarias en la capital y resto de la entidad, se vuelve a refutar el discurso oficial de que somos una isla y estamos en una mejor situación de seguridad en comparación con el resto del país.
El asalto a plena luz del día del local de joyería atrás de Palacio de Gobierno ocurrida hace más de dos años; el reciente ataque armado a la comandancia de la Policía Estatal en Santa María del Río, son otros ejemplos del abandono de las funciones públicas primordiales.
En el último tramo del sexenio carrerista se acentúan los problemas que marcaron su inicio, alguien debería convencer al gobernador de las ventajas de remover a buena parte de su gabinete, urge un esfuerzo final, un decoroso intento de mostrar voluntad y no dejar la idea de que siempre ha imperado la apatía y el desgano, salvo cuando se trata de hacer negocios desde el poder.
Mal visto y rechazado por el círculo de Carreras desde que fue designado coordinador de la campaña electoral, Alejandro Leal Tovías en la Secretaría General de Gobierno terminó siendo una pieza fundamental del grupo en el poder al servir de pararrayos de las presiones políticas, mediáticas y sociales, pero ya está agotado, no hay dinamismo ni imaginación en su desempeño; pese a ocupar por segunda vez el cargo sus resultados no se ven y exigen su relevo inmediato.
Con todos sus blasones, es tiempo que Federico Garza deje la Fiscalía General del Estado, no importa que su periodo concluya hasta el 2024, cuando el desastre será más evidente; él mismo lo sabe y se quiere ir ya pero se lo han impedido. Ve de reojo como su colega Marco Antonio Aranda disfruta orondo el cargo de secretario general de la UASLP que en un principio se le escrituró para él como una salida digna y oportuna.
Al igual que el “Caco” Leal, el secretario de Seguridad Pública, Jaime Pineda, ha sido un excelente pararrayos que le ha evitado sinsabores a Carreras y desencuentros con la prensa; su ciclo se agotó con premura y su permanencia impide cualquier avance en la materia.
Un gabinete es inamovible cuando sus resultados se reflejan en las mediciones de desempeño y percepción ciudadana, por eso es inexplicable la tozudez de Carreras de no despedir a sus colaboradores que le han fallado a la sociedad potosina, como la secretaria de Salud, los titulares de Desarrollo Social, Cultura, SEGAM, SCT, SEDUVOP, CEA…