Jorge Ramírez Pardo
Agua de Tabasco vengo/agua de Tabasco voy/y es por eso que aquí estoy/dichoso con mi abolengo
Carlos Pellicer Cámara
El Parque Museo de La Venta, de Villahermosa, Tabasco, se encuentra próximo a una margen del río Grijalva y es vecino de la Laguna de la Ilusiones.
Pocos sitios en México, identificados como museos, tienen la pregnancia, el impacto y la empatía con la población de su entorno. Pero, no sólo con los habitantes del lugar, también con los numerosos visitantes nacionales y extranjeros que por ahí pasan; estos últimos, en su mayoría, son procedentes de Europa.
El parque museo, se identifica con la tabasqueña cultura del agua, y muestra flora y fauna de la región, junto a piezas escultóricas olmecas monolíticas monumentales, y entona con aquel himno tabasqueño de Carlos Pellicer aprendido por los niños de lugar desde su etapa de preescolar… Agua de Tabasco vengo…
Fusión, museo, parque, lago, zoológico
Si algo está en proceso de cambio e, incluso de desaparición, es el museo convencional.
Esas bodegas de arte, antigüedades e, incluso vejestorios, desde lo contemporáneo, pudieran/debieran ser interactivas, con cambios es su museografía y guion o…, de plano, salir de circulación.
Con la enorme y omnímoda presencia cibernética e iconográfica actual, para que un museo actual impacte y perdure ha de tener una singularidad notable y/o dimensiones colosales y grandeza, no sólo, tamaño, sino de concepto y estética.
La Venta sitio y La Venta museo
Si algún museo mexicano y más allá del perímetro nacional se adelantó a la modernidad contemporánea es el de La Venta. Cumple, por cierto, con la recomendación que hace la UNESCO (organismo de las Naciones Unidas para atender la ciencia y la cultura), tener como público objetivo prioritario a los habitantes del entorno y generar interacción tal que les haga un público recurrente. Que le sientan suyo y lo vean evolucionar conforme a los dictados sociales y estéticos del devenir social. Los visitantes foráneos llegan por añadidura. Más si se trata de un museo con las cualidades del aquí descrito.
Primero fue el rescate de piezas arqueológicas en el sitio de La Venta, perteneciente al municipio de Huimanguillo, distante 115 kilómetros la capital de Tabasco.
Luego fue la participación de Carlos Pellicer quien gestionó y alentó el desarrollo de un espacio dónde exhibir las piezas. Privó la idea de ubicarlas en una atmósfera semejante a su sitio original, al aire libre y en ambiente selvático. El lugar donde se encuentran actualmente las piezas, tiene esas características: ambiente selvático al aire libre en el Parque Museo La Venta, donde comparten el lugar con especies de flora y fauna de origen ancestral. Los mamíferos felinos y grandes reptiles y serpientes también están libres, pero no próximos a los visitantes. Un numero representativo de aves –con excepción de algunas de rapiña- se encuentran en una enorme jaula a la que pueden ingresar las personas a través de puertas giratorias.
Parque museo singular
A diferencia de la mayoría de los museos, entre más convencionales son o carentes de actividad, menos visitados; este es un sitio cuya visita genera sensaciones de aventura y paseo, ello es el punto de inducción y sensualidad para acercarse a la cultura olmeca, la más antigua de México. Es también un poema de comunicación y respeto con la naturaleza. Ese es otro de los mensajes inducidos.
Otro distingo infrecuente en los museos mexicanos es tener capacidad de sustento propio con los ingresos en taquilla y donaciones alcanzadas por su singularidad y prestigio.
El humanista, gestor y poeta Pellicer
Carlos Pellicer, el gestor del museo, también conocido como “el poeta de América”, fue también, alfabetizador, político, maestro de secundaria, profesor universitario, gestor cultural, impulsor también de la radiodifusora de Nacajuca “La voz de los chontales”. Fue integrante del colectivo de escritores Los Contemporáneos. En su juventud participó activamente en las Misiones culturales vasconcelistas.
En la ciudad de Tabasco, dos museos llevan su nombre. Uno, la casa donde el vivó, ubicado en la parte céntrica de la ciudad, contiene parte de sus biblioteca, mobiliario y obras de arte; el otro es de arqueología y se localiza en una margen del río Grijalva junto a un complejo cultural.