Javier Padrón
Fue un viernes de registro tumultuario de precandidatos de Morena a la gubernatura, un reporte preliminar dice que fueron 11 los registrados, de perfiles muy diversos, algunos desconocidos; tal cantidad denota fragmentación, oportunismo y despistados, falta de liderazgos sólidos como el que pudo personificar y no quiso Esteban Moctezuma.
Se registraron tres mujeres: Francisca Reséndiz, Marcelina Oviedo y María del Consuelo Jonguitud Munguía; frente a ocho hombres: Antonio Lorca, Juan Ramiro Robledo, Adrián Esper, Primo Dothé, Leonel Serrato, Octavio García, Aid Ávila y Alfonso Díaz de León Guillén, con militancia en el PVEM.
Para qué tanto circo si el dirigente nacional Mario Delgado mandó la democrática señal de que los finalistas son cuatro: Esper, Robledo, Serrato y Dothé; dos prospectos en el ánimo del Presidente AMLO y dos apadrinados por el exgobernador Horacio Sánchez. Dothé es el que menos posibilidades tiene, su desempeño en el Senado ha sido irrelevante, un mero escrutador, el coordinador de la bancada Ricardo Monreal no le asigna otras funciones; y no ha hecho nada a favor de los potosinos.
El que está más cerca del espíritu pejista es Esper, dona su sueldo y se confronta con el gobernador Juan Manuel Carreras, le espeta de manera reiterada que es un corrupto, y con los dueños de corporativos mediáticos, los que recibían trato especial de los gobiernos federales, concesiones de televisión, radio y gasolineras, obra pública, contratos y exenciones de impuestos, a cambio de ensalzar a gobernadores y presidentes en turno.
Con Esper en el gobierno se reduciría de manera drástica el presupuesto de comunicación que se concentra en unas cuantas manos, por eso le dicen payaso, ocurrente, loco y malo. El expriista Juan Ramiro recibió el espaldarazo de Roy Campos, de Consulta Mitofsky, lo cubrió de elogios y sin sustentarlo con una medición, lo puso a la cabeza de la contienda interna, lo considera el mejor preparado y cercano al Presidente AMLO; y Alejandro Rojas Díaz-Durán, siempre tan parlanchín, lo comparó con Ponciano Arriaga. Robledo no toca a Carreras ni a su gobierno.
El diputado federal Ricardo Delsol, el único de de Morena de mayoría relativa, tiene un mejor rendimiento que sus compañeras de bancada y ha enfatizado en la presunta corrupción del director de la CEA, Jesús Alfonso Medina Salazar y constructoras de la familia, nada pasó después de aquella mañanera en la XII Zona Militar en la que fue exhibido hasta que el Presidente AMLO dijo que con eso era suficiente, le dieron nauseas al primer liberal del país. Delsol podría buscar su reelección.
Entre las sorpresas de los registrados, está Díaz de León Guillén, a menos que sea un homónimo del exdiputado del PVEM y extitular del IMPLAN en el trienio de Ricardo Gallardo Juárez, que fue sacado de su oficina a punta de armas largas para que entrara el navista Fernando Torre Silva, el especialista en paisajes que quiere acabar con el de la Cañada del Lobo. ¿Qué anda haciendo el primo de Manuel Barrera en Morena?
El reto del morenismo potosino será mantener la unidad después de la designación del candidato a gobernador, hay volatilidad en el ambiente, pasiones que se pueden desbordar; como partido encabeza las preferencias ciudadanas, en las encuestas con posibles candidatos no superan a los del PAN, le hará falta el voto del PVEM y muchas cosas más.
PANISTAS Y LA INSEGURIDAD
El Foro de Seguridad Pública entre los precandidatos del PAN estuvo muy deslucido, una mala transmisión en Facebook, tuvo poca audiencia, fue aburrido, hueco, de generalidades, apoyados algunos con tarjetas informativas, no hay espontaneidad y se impuso le rigidez. Un tema tan sensible para la población ameritaba un esfuerzo en claridad y franqueza: el PAN es corresponsable de la inseguridad.
El menos afortunado fue Xavier Nava, sus resultados en la alcaldía son muy negativos, gobierna el municipio más inseguro del estado y no convenció a nadie; ya debe estar más tranquilo porque terminaron de limpiarle el camino borrascoso en el Congreso del Estado, le tumbaron tres juicios políticos por violación de derechos humanos a sectores vulnerables, todo un récord para la historia de quien se aprecia de proceder de una tradición política humanista.
En el rechazo al tercer juicio presentado por comunidades indígenas. No solo el diputado Pedro “El Mijis” dio su brazo a torcer, tiene a familiares en la nómina municipal, y sus asesores de Podemos tienen sus piezas en la sindicatura y en derechos humanos; lo extraño fue que el gallardista Emanuel Ramos ni siquiera se conectó a la sesión privada del Congreso del Estado, debió tener otras cosas más importantes que hacer, terminó de decepcionar a la abogada Teresa Carrizales.