Javier Padrón
El más reciente fichaje del avasallador PVEM para las elecciones del seis de junio, es el flamante notario Leonel Serrato, competirá por la alcaldía capitalina con el registro de la gallardía y del nada proletizado Partido del Trabajo.
Ya fue candidato al mismo cargo en el 2018, la ola obradorista no le alcanzó y solo metió a dos regidores que existen cuando cobran la quincena, en el Cabildo son unos fantasmas, no son opositores y Leonel evita entrar a los temas fundamentales que se discuten en la comuna, como los planes de desarrollo urbano, anda en varias pistas, la simulación, critica a Xavier Nava para verse progresista pero con Carlos López Medina, no se mete más que a su oficina.
El anfitrión del converso, Ricardo Gallardo, estaba feliz, uno de sus más virulentos detractores se volvió su aliado político y que al final de su discurso, con la prensa expectante, lo consideró el verdadero candidato de la 4T a la gubernatura, fue el momento climático.
Enumeró los méritos del “muchacho pollo”: Ricardo votó las reformas constitucionales, la Guardia Nacional, el presupuesto y la pensión para los adultos mayores; al gobernador Carreras y su secretario general “Caco” Leal les dio un trato de “hampones”, metieron “su mano mañosa” para echar abajo la coalición para la gubernatura con Gallardo, coalición “que estamos reconstruyendo”.
Atestiguaron la dirigente del PT, Patricia Álvarez, el delegado del Verde, Francisco Elizondo y el diputado petista Héctor Serrano. Leonel llegó acompañado de su legión de los defensores de la patria; de quien fuera, o sigue siendo, mano derecha del “superdelegado” Gabino Morales Mendoza, Kevin Aguilar, y de Angélica Mendoza, Alejandra Valdes y Edson Quintanar, legisladores morenistas que nunca han estado de acuerdo con la austeridad republicana y se aburren con las mañaneras.
De la injuria al elogio desbordado, ese es Leonel, poliédrico: navista de la última etapa del doctor Salvador Nava e hijo putativo del exgobernador Horacio Sánchez Unzueta y antes pupilo del notario Eduardo Martínez Benavente, sus mentores de los que, ha dicho, mantiene una distancia política y no así afectiva y de gratitud. La faceta gallardista de Leonel más bien es una infiltración, en cuatro meses o menos saldrá a luz su verdadera intención.
En la ronda de preguntas de la prensa, sorteó las citas textuales que le reprocharon, en las que fue un crítico mordaz de la gallardía; “incongruente”, le dijo una reportera, “es un nuevo momento”, y explicó que “El Pollo” ha ido resolviendo sus asuntos judiciales. La alianza entre ambos se selló cuando el exalcalde soledense no consideró necesario una disculpa, muy afectuoso pegó su cabeza con la del notario que no dejaba de hacerse el gracioso para distraer a los inquisidores que lo estaban acosando.
ANTONIO ROCHA Y JUDAS
Leonel hizo malabares para mostrarse como un artífice genuino de la 4T, hasta criticó el orden rochista que aún nos gobierna y al que le debe todo lo que tiene. Mientras que “El Pollo” está muy emocionado porque su proyecto crece, en la misma medida que lo atacan, al calor del pragmatismo político, adulado, no se ve rodeado de judas, como si no hubiera aprendido nada de la experiencia de su padre con Xavier Nava.
OFICIO PARALIZANTE
El alcalde interino Alfredo Lujambio y el secretario general Sebastián Pérez tragaron camote cuando se dio cuenta del oficio enviado por la titular de la SEMARNAT, María Luisa Albores, en la sesión de Cabildo en la que se aprobarían los programas de desarrollo urbano que favorecen solo a un reducido grupo de empresarios influyentes. La sesión se declaró en receso al verse descubiertos en flagrancia, con las manos en la masa, les entró el pánico.
La dependencia federal le reprochó a Lujambio que la información que fue entregada por el ayuntamiento está incompleta y es inconsistente, le quisieron ver la cara a la señora Albores, mandaron además documentos que no corresponden a lo solicitado, hay mapas y zonas alteradas. Hay sospechas económicas de que algunos académicos de la UNAM y funcionarios de SEMARNAT, están jugando un doble rol.
Albores le dio un duro golpe, por ahora, a los fraccionadores, les acota sus planes fantásticos, dijo que no son urbanizables las tierras que colindan con el proyecto de Área Natural Protegida. ¿Qué les deja entonces a los que ya han hecho proyecciones millonarias sobre la Sierra de San Miguelito?