Darío González
En el mundo de los dibujos animados para niños, suele existir el personaje que, con tal de tener más dinero, es capaz de pasar por encima de cualquier norma ética, legal o de pura decencia. Son lo que, en los dichos populares, se les conoce como “centaveros”. Su avaricia es tal, que no importa si quedan exhibidos, lo importante es tener más o más centavos.
Dos famosos personajes de este tipo son el tío Rico MacPato, de los personajes de Walt Disney, y Don Cangrejo, de Bob Esponja. Ambos, por su avaricia, y contando cada centavo en su bóveda o en su caja registradora, pasan por encima de todos y de todo.
Pues bien, algo semejante sucede con el caso de Torre Delgadillo, quien, si no fuera como Don Cangrejo, podría haber solicitado licencia sin goce de sueldo en la UASLP, y dedicarse, mientras le durara el cargo, al SAT y a sus clases, lo que sí sería compatible. Pero no lo hizo, ¿por qué? Por “centavero”.
En la UASLP, existe un programa de estímulos al profesorado llamado “Programa de estímulos al desempeño del personal docente”, en el cual, los profesores que participan, firman una carta compromiso, donde se comprometen a tener exclusividad laboral con la universidad, lo que significa que durante el periodo de vigencia del estímulo no deben trabajar fuera de la universidad por más de 8 horas a la semana. Dicha carta la firmó Torre Delgadillo el 28 de julio de 2020, según documento entregado vía transparencia.
Para los estímulos 2020-2021, Torre Delgadillo recibió, antes de impuestos, la cantidad de $158,469.00 pesos, que corresponden a los meses de abril de 2020 a marzo de 2021. Así se informa en el documento firmado por el Secretario General de la UASLP, Marco Antonio Aranda. Por lo que, según lo que ha se documentado, desde octubre, por lo menos, ha incumplido con su compromiso de dedicación exclusiva, pues su cargo en el SAT es más de 8 horas semanales.
Si Torre Delgadillo hubiera solicitado licencia en la UASLP al ingresar al SAT, se vería obligado a regresar casi la mitad de lo que recibió por este estímulo. Pero no fue así, pues Rico MacPato no puede dejar ir libre ningún centavo.
¿Cuál debería ser la consecuencia de este incumplimiento? Según el artículo 12 del Reglamento de este programa de estímulos, la Contraloría General de la UASLP debe verificar el cumplimiento de la exclusividad, y en caso “de comprobarse la violación a este requisito, el profesor estará obligado a devolver el monto del estímulo que hubiese obtenido, además no podrá participar en los tres períodos siguientes”. Es decir, la sanción sería regresar el monto correspondiente y no dejarlo participar por tres años.
¿Lo ha hecho la Contraloría General de la UASLP? Al parecer, no. ¿Lo hará? Estaremos al tanto.