Javier Padrón
En la administración de Ricardo Gallardo Cardona la capital del estado ya no concentrará la totalidad de las secretarías, la de Turismo será reubicada en Ciudad Valles y la de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos en Rioverde.
Esta medida es similar a la que no concretó a nivel federal, el Presidente AMLO prometió reubicar parte de las secretarías en varias entidades, en San Luis Potosí estaba previsto que llegara la SCT, en los hechos se dio marcha atrás sin explicaciones.
En el caso potosino, no se recuerda que otro gobernador haya planteado una decisión como la anunciada por Gallardo Cardona, significa un reconocimiento a las otras zonas del estado a las que se las ha dado un trato de segunda y no debe implicar un gasto millonario, el reordenamiento administrativo y eliminación de direcciones y otros puestos innecesarios se traducirá en ahorros sustanciales para destinarse a necesidades de la mayoría de la población y no para una minoría burocrática.
No se han dado a conocer los nombres de quienes serán los titulares de ambas secretarías, empero, la de Turismo se comenta que le queda a la medida a Adrián Esper Cárdenas, excandidato del PES y residente en Ciudad Valles, en su campaña electoral planteó propuestas para generar riqueza en la Huasteca y en particular para las comunidades indígenas.
Es suya la idea de la construcción del aeropuerto de Tamuín, incluso donó los terrenos, es un proyecto aprobado por el Presidente AMLO pero se avanza con una lentitud desesperante, de lograrse potenciará el turismo en la Huasteca con sus ríos, paisajes naturales, zonas arqueológicas y gastronomía, a la par de la rehabilitación de carreteras, más infraestructura turística e inversión privada en hotelería y otros servicios.
Entre Gallardo y Esper hay empatía. El magnate, comunicólogo egresado de la Universidad de San Diego y obradorista declarado, fue el primero en reconocer el triunfo del candidato del PVEM-PT, y al igual que éste fue blanco de una operación mediática de descrédito impulsada desde Palacio de Gobierno, nada dejado, se le fue varias veces a la yugular de Carreras.
Donde hay al menos una señal de lo que viene, es en la Secretaría de Cultura. Gallardo dejó entrever que está apuntado en una terna un excandidato a gobernador, lo que desató la especulación con su respectivo rechazo al trascender que el nominado sería Juan Carlos Machinena, de Fuerza por México, priista muy cercano a Horacio Sánchez, exsecretario particular del exgobernador Fausto Zapata y delegado del INAH con licencia.
Si no fuera Machinena, se dice que la dependencia le tocaría a Arturo Segoviano, el excandidato independiente que fue un martillo en la cabeza del panista Octavio Pedroza; dueño de varias universidades privadas y cargado a la ultraderecha. “El Pollo” Gallardo debería pensarlo mejor, aunque después de los dos últimos sexenios no podría estar peor la Secretaría de Cultura, se hundió con Fernando Carrillo, Xavier Torres Arpi y Armando Herrera.
¿ÉXODO DE LA UAM A UASLP?
El próximo alcalde capitalino Enrique Galindo no podrá incluir en su administración a todos los priistas que salgan del Palacio de Gobierno, por los más de 80 mil votos que le dio el panismo tiene más compromisos con éste; ya se verá si, a diferencia de la ingratitud de Xavier Nava, la Secretaría General del ayuntamiento se la otorga a un panista.
En la Unidad Administrativa Municipal hay un grupo de funcionarios de medio nivel que estaría preparando su migración a la UASLP, cuyo rector Alejandro Zermeño tiene nexos con el navismo y solo espera el fin del periodo vacacional para formalizar el cambio en la Secretaría General, ya estaría listo para el cargo el fiscal Federico Garza Herrera.
Sí ya se quería ir desde antes de la sucesión estatal y de que concluyera el periodo para el que fue electo por el Congreso del Estado, Garza le facilita así las cosas al gobernador electo para proponer a quien mejor considere.
Garza es corresponsable con Carreras y el federal Jaime Pineda, del clima de extrema violencia e inseguridad que caracteriza la recta final del sexenio con la confrontación de las bandas del crimen organizado, un vacío de poder generado quizá con el propósito de complicarle el arranque del gobierno de Gallardo.