Ante la violencia, la inseguridad y el asedio del crimen organizado en que viven los habitantes de Aguililla, en Michoacán, el papa Francisco envió un mensaje al pueblo, en cual les asegura que “no están solos” y les pide que confíen en dios.
“El Señor es fortaleza y misericordia que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es atenta y cercana a todos los que sufren”, dijo en una carta enviada al obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García.
La misiva está fechada el 11 de junio en la ciudad de Roma, en la cual le dice al obispo de Tierra Caliente que “he tenido noticias de los grandes sufrimientos causados por los violentos enfrentamientos entre bandas rivales de narcotraficantes que afectan a los habitantes de las poblaciones situadas en el territorio de esa Iglesia particular que el Señor ha confiado a tu cuidado pastoral”.
Agregó que “el clima de terror y de inseguridad que aflige a la población inerte es contrario a la voluntad de Dios, él quiere que todos sus hijos e hijas vivan su existencia en un clima seguro de serenidad y de armonía”.
“En estos momentos difíciles, quisiera hacerme presente y, por medio tuyo, también a los hermanos y hermanas del santo pueblo fiel de Dios que peregrina en Apatzingán”.
En su carta de 2 mil 908 caracteres, el papa Francisco remarcó que “mi participación en sus penas y en sus angustias, así como mi oración al Señor Jesús, príncipe de la paz, implorándoles conserve la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, y la riqueza de los dones del Espíritu Santo, para que puedan ir adelante en la vida y él les ayude a llevar sus cruces y sufrimientos con mansedumbre, fortaleza y paciencia”.
“Puedo comprender el sentimiento de desánimo y la sensación de impotencia que nos abarca, pero recuerden que no están solos, que el Señor es fortaleza y misericordia que nunca abandona a sus hijos, que la Iglesia es atenta y cercana a todos los que sufren”, señaló el Vicario de Cristo.
Además, escribió que “Jesús nunca dijo que el camino sería fácil, predijo pruebas y persecución, pero también que no faltarían las consolaciones de Dios, es de gran consuelo saber que el camino no lo recorremos solos.
“Jesús camina vehementemente a nuestro lado sobre todo en los momentos de pruebas y de tribulación, además, él está dispuesto a darnos cien veces más, pero sin olvidar que su paz supone la cruz, porque una paz sin la cruz no es la paz de Jesús”.
El líder de la Iglesia católica llamó también a los fieles a que confíen en el Señor Jesús, a que no tengan miedos de contrarrestar la violencia que tiene origen en el maligno con el amor, la misericordia y el perdón, “que brotan del corazón divino del Salvador”.
“Pido al Señor que convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación y también que inspire a los encargados del bien común a comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad, así como en la generación de espacios de trabajo digno y útil para la entera sociedad, especialmente para los jóvenes de esta tierra. Que les permita salir de situaciones de pobreza y marginación, proyectarse a su futuro y no ceder a la tentación de adentrarse al circuito del narcotráfico y de la violencia”, puntualizó el papa Francisco.
Con información de Milenio