Javier Padrón
Salinista, pésimo poeta, mediocre historiador, falsario y más le han dicho de manera injusta al potosino Enrique Márquez, el que fuera la conciencia de Manuel Camacho inició temprano el día en Twitter lanzando una bola de fuego en contra del terrible Pedro Salmerón y se le revirtió.
Pedro recién estuvo en la capital potosina para presentar su libro La Batalla por Tenochtitlan (FCE, 2021), citado por el Presidente AMLO en su discurso de los 500 años de caída de la Gran Tenochtitlan, convivió con ejidatarios de La Pila y comuneros de San Juan de Guadalupe, anduvo por los senderos de la Sierra de San Miguelito, se indignó con la historia de cómo los señores del capital van a cubrir de cemento áreas naturales protegidas.
Desde antes de su renuncia a la diplomacia cultural de la SRE, Márquez se ha negado a dar entrevistas, decenas de medios lo han buscado, se atrincheró en el Twitter y de ahí nadie lo mueve: a Pedro le dijo “furioso militante” (de Morena, claro está) y de activar una guerra sucia en redes sociales en su contra y de la nueva agregada cultural en la madre patria, Brenda Lozano, la defendió, “representa una nueva inteligencia social”.
Por lo pronto, amigos y extraños consideran que Enrique Márquez podría encontrar sosiego y recompensa si regresa a San Luis, se le podría considerar como un prospecto para la Secretaría de Cultura del gobierno de Ricardo Gallardo, amigo del canciller Marcelo Ebrard.
Su última chamba aquí fue de asesor cultural de Carreras, más como un paro al amigo en apuros que como un verdadero trabajo, una beca por trayectoria.
Eso de la distancia del escritor con el príncipe, no es lo de Márquez, estuvo en primera fila en la sucesión de Salinas susurrándole a Camacho, se enojaron porque se les atravesó Colosio y luego Zedillo. En el 2024 estará con Ebrard en la sucesión de AMLO.
LA DANZA DEL AGUINALDO
Para contener el reclamo gallardista de los 700 millones de pesos de los aguinaldos de la burocracia que andan bailando, salió el secretario de Gobierno Jorge Daniel Hernández Delgadillo, solo para decir que es un asunto que atiende la comisión de entrega-recepción de la Secretaría de Finanzas y habrá de resolverse.
No quiso decir más y no apareció el secretario Daniel Pedroza Gaitán para aclarar el punto, tampoco hubo un boletín de prensa, ha sido la estrategia de comunicación del sexenio, dejar que pasen las ocho columnas que ya vendrán otras que harán olvidar a las primeras.
El jaloneo entre los equipos de Juan Manuel Carreras y Ricardo Gallardo ya es público y notorio, la cordialidad que se muestra en público continuará a pesar de que debajo de la mesa haya patadas, algo se tiene que hacer porque falta más de un mes para el relevo y se debe mantener la cordura.
Del robo de colchones, pantallas y computadoras de la Dirección General de Ejecución de Medidas para Menores, para algunos puede ser una minucia, un robo hormiga, una rapiña de fin de sexenio, se pasó a la falta de la millonada de los sagrados aguinaldos, y ante el mutismo oficial, será Carreras el que tendrá que responder la interrogante de qué está pasando en su próxima aparición pública, no se dejó ver este jueves.
EN EL IMAGINARIO DE LAS MAÑANERAS
En la batalla que se libra contra los medios “nacionales” que se oponen a la 4T, el doctor Salvador Nava Martínez ya es una referencia obligada del Presidente AMLO en sus mañaneras para dar una explicación clara y concisa del comportamiento de los medios con base a la campaña por la gubernatura en 1991 contra el candidato priista Fausto Zapata, detrás de éste estaban precisamente los demócratas Camacho, Ebrard, Márquez, Fernando Silva y Horacio Sánchez que lo sacrificaron para ascender ellos.
“Yo no voy a olvidar nunca lo que decía el doctor Nava en San Luis Potosí, un luchador por la democracia. Estaba de candidato y en San Luis había dos periódicos, ahora deben de haber más: uno tradicional [El Sol de San Luis], abiertamente defensor del régimen, sin matices, y otro supuestamente plural [Pulso], un poco así como es el Reforma, que finge ser independiente. Y el doctor Nava decía: ‘El que más daño nos causa es el seudoindependiente”.