Tres lienzos al óleo, cinco medallones, así como la puerta del sagrario de la Capilla de Santa María de la Asunción, en Ocuilan de Arteaga, Estado de México, son intervenidos desde marzo pasado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para recuperar su belleza y funcionalidad. Este patrimonio mueble que data del siglo XVIII tuvo afectaciones luego de que se desplomara parte de la edificación a causa del sismo del 19 de septiembre de 2017.
Las pinturas al óleo, denominadas La Asunción de María, La adoración de los pastores y Los desposorios de la Virgen, sufrieron aplastamientos, roturas y desgarres, daños que ya fueron atendidos y solo falta reintegrar algunos faltantes de la capa pictórica, por lo que se tiene 50 por ciento de avance.
Los cinco medallones, en los que se observan escenas de pastores y alegorías a la Virgen, presentaban abrasiones. De este conjunto, tres han sido restaurados y dos están en proceso de reintegración de la capa pictórica; en tanto, la pequeña puerta del sagrario —que tiene pintado el Divino Rostro— se partió en dos, y ya fue intervenida, explicó María Cristina Noguera, restauradora del Taller de Pintura de Caballete de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).
La responsable de los trabajos de restauración de estos bienes muebles que formaban parte del retablo que por más de dos siglos engalanó el muro testero de dicha capilla, recordó que antes de que ocurriera el temblor, las pinturas habían sido intervenidas por particulares con recursos de la comunidad, lo que evitó que los daños fueran más severos, pues se les colocó un reentelado. Asimismo, se hizo un registro fotográfico que ha permitido hacer la restitución de los faltantes.
Los trece especialistas que integran el Taller de Pintura de Caballete efectuaron distintos procesos de conservación: registros gráfico y fotográfico, consolidación, desmontaje de bastidor, retiro de reentelado, corrección de plano, aplicación de barniz de protección, unión de fragmentos, velado, limpieza de soporte, reentelado y restitución de capa pictórica, éste último aún se efectúa en varias obras.
El trabajo es colectivo, anotó María Cristina Noguera al referir que sólo en el caso de la reintegración cromática ésta la lleva a cabo un restaurador porque si interviene más de una mano se hace evidente, “es como una firma, cada uno tiene un estilo”.
Explicó que para la restitución de la capa pictórica se utiliza la técnica de rigattino, que consistente en rellenar las áreas faltantes a base de dos líneas de colores diferentes que vibran y dan el colorido a la obra, lo que permite identificar la parte original y la original. La restitución cromática se hace con colores al barniz, que son fáciles de eliminar en caso de que se quiera retirar.
Recordó que la población de Ocuilan tuvo afectaciones no sólo en el templo sino también en varias casas, por lo que es muy importante que recuperen sus imágenes, ya que son piezas de culto.
“Recientemente asistimos a la comunidad para la fiesta de la Virgen de la Asunción, y llevamos un informe, además de pequeñas cartelas para dar a conocer los trabajos realizados, debido a que para los habitantes fue una situación triste ver dañado su patrimonio, sin embargo, la Virgen de la Asunción, que también formaba parte del retablo principal fue intervenida por particulares en la misma localidad, y los lienzos estarán concluidos a finales de diciembre”, concluyó.