Una buena pasarela
Las alianzas se están tejiendo cada día, rumbo a las elecciones que vienen, no se desaprovecha ni una visita, ni una junta, ni una gira…
Para no ser político, Adan Augusto se maneja con muy buen colmillo. Habló de los temas que importan y el espaldarazo que mostró al mandatario Gallardo para algunos habría sido un muy bien disfrazado, acto de pre-pre-campaña. Lo que ayer se llevó a cabo oficialmente en el Centro de Convenciones con todo y el retraso y las disculpas, fue la Reunión de Coordinación en Materia de Infraestructura, Desarrollo y Seguridad Pública, pero a juzgar por el desarrollo, contenido y discursos, mas se pareció a uno de los eventos proselitistas que se están extendiendo por el país.
La visita de ayer del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, fue doblemente importante. Históricamente, la presencia del segundo hombre mas poderoso en el sistema presidencial de México, ya es todo un acontecimiento de forma y fondo, pero la de ayer no se trató solo de una gira mas de un funcionario federal, es nada mas y nada menos que uno de los presidenciables y por eso, todos querían salir en la foto.
Incluso, el propio alcalde de la capital, Enrique Galindo, no se quiso perder la pasarela y milagrosamente se recuperó del Covid, confirmado hace apenas 72 horas, aunque ya no alcanzó presidium.
El gobernador Ricardo Gallardo, jugó sus propias cartas y parece haberse decantado ya, por una de las tres corcholatas presidenciables, tanto así, que le ofreció al secretario de Gobernación, que fuera San Luis su segunda casa.
Y es que ya desde su visita a la CDMX la semana anterior, habría asegurado los compromisos que ayer se hicieron públicos, tanto en infraestructura como en seguridad pública. Y ambos, Adán Augusto y Ricardo Gallardo, habrían sellado sus mutuos respaldos políticos y -porque no- electorales.
La bienvenida la dio el secretario general de gobierno, José Guadalupe Torres, quien con esa distinción se reiteró como una de las corcholatas favoritas para la lejana sucesión; el empresario Juan Branca tuvo también su apapacho al ser el encargado de pedir el dinero necesario para las millonarias obras de infraestructura vial anunciadas hace una semana; el senador Manuel Velasco vino a saludar a sus cuates y en eso invirtió sus minutos de discurso.
Ese intercambio de saludos, abrazos y apapachos, en la reunión de 53 minutos, tiene que traducirse en presupuesto, porque de lo contrario, los ciudadanos tendrán todo el derecho a cuestionar y reclamar la distracción de tiempo y recursos en todo menos en lo que de verdad importa: la seguridad y las obras de infraestructura.
Por Lidia Juache