El presidente electo Andrés Manuel López Obrador en su cuenta de twitter escribió:
“Les comparto el discurso que dirigí a las tropas, oficiales y sus familias en el Campo Militar 1. Reafirmé que el soldado es pueblo uniformado y que confío en que la Fuerzas Armadas nos ayudarán a lograr la paz con respeto a los derechos humanos”.
El discurso ha incendiado las redes sociales, a favor o en contra del enaltecimiento que hizo AMLO de las Fuerzas Armadas y su justificación de la Guardia Nacional, en términos políticos significa el cierre de filas entre el presidente electo y las instituciones armadas; y lanzó una condena al neoliberalismo por ser el causante de la miseria y violencia en México.
La decisión de crear una Guardia Nacional es considerada por diversos organismos de derechos humanos como un regreso al calderonismo, es un retroceso al reforzar la apuesta de la militarización de la seguridad pública para pacificar el país, combinada con un programa de empleos y becas escolares para los jóvenes, carne de cañón para el crimen organizado.
La paradoja es cruel: el nuevo gobierno de izquierda que entrará en funciones el 1o de diciembre seguirá utilizando una estrategia neoliberal recargada que ya ha fracasado.