Ya llegó el fin de semana. Y es muy común que los jóvenes, y no tan jóvenes, aproveches estos días para salir con sus amigos a tomarse unas copas y pasar un buen rato. Sin embargo, este buen rato se puede convertir en uno muy malo al día siguiente de la “borrachera”, pues los efectos secundarios de la fiesta aparecerán.
Con esto nos referimos a la famosa “cruda”, también conocida como “resaca”, y que en términos médicos es conocida como veisalgia. Esto se trata de un cuadro de malestar general, generado por el consumo excesivo de alcohol.Es más frecuente en las personas con menor masa corporal y muscular.
Además, es más común, o más fácil de producirse, en mujeres que en hombres, pues el hígado masculino procesa y descompone con mayor eficacia y rapidez las sustancias que lleva el alcohol.
Estos síntomas pueden ser un fuerte dolor de cabeza, mucha sed, cansancio, debilidad, nausea, dolor muscular, vértigo e, incluso, irritabilidad. Según el portal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una resaca es una intoxicación etílica, en la que el cuerpo se daña e inflama.
Cuando las personas beben, no siempre se pondrán crudas o muy crudas, pues esto depende mucho de la rapidez con la que se ingiere el alcohol, la cantidad de gramos que ingieran y las características físicas de cada persona. Por ejemplo, una cerveza promedio que contiene 330 ml de solución, llega a tener de 10 a 15 gramos de alcohol.
Cuando el alcohol llega al estómago, el organismo lo digiere por medio de una sustancia llamada “deshidrogenasa-alcohólica-gástrica”, luego llega a la sangre en forma de acetaldehído, que es el verdadero causante de la resaca alcohólica. Cualquier tipo de alcohol, ya sea vino, cerveza, tequila, vodka, se convierte en acetaldehído y logra que las personas orinen más y, en consecuencia, se deshidraten. Mientras tanto, el alcohol que está en el estómago produce más ácido, lo irrita, y favorece a las náuseas, e incluso, el vómito.
Cuando los niveles de alcohol disminuyen en la sangre, las personas suelen sentirse mal, y sufren el “síndrome de supresión” o “abstinencia”, que condiciona la resaca porque el cuerpo pide más alcohol. De hecho, esta bebida causa una adicción muy rápida. Este es el motivo por el cual, al otro día, muchas personas “se curan la cruda” consumiendo más bebidas alcohólicas.
Bebidas que generan más y menos resaca
Existen algunas bebidas que son más prolíferas a generar resaca. Y es que debido a que esta afecta en concreto al azúcar en la sangre, es también el azúcar fermentado de un alcohol u otro donde está la clave de sus efectos. También en sus levaduras y sustancias congéneres (metanol, histamina o acetaldehído), generalmente todas se encuentran en mayor proporción en las bebidas oscuras (menos destiladas).
Las bebidas que más resaca causan son el coñac, whisky, ron y vino tinto.
Por el contrario, las bebidas blancas, siempre con moderación, tienen menor posibilidad de provocar estos malestares. Además, conviene saber que el dicho de que mezclar diferentes bebidas alcohólicas provoca síntomas mayores, no tiene ninguna demostración científica, por lo que es considerado un mito.
Las bebidas que te causan menor resaca son: vodka, ginebra, vino blanco y cerveza.
Remedios contra la “cruda”
Si bien, el mejor remedio es no consumir alcohol en exceso, y evitar toda bebida con una graduación mayor al 14%, el consumo de comida, sobre todo los alimentos que contienen cisteína, como el huevo, o el agua y las bebidas isotónicas, por la deshidratación, reducen los riesgos de la resaca.
Así mismo, el ibuprofeno es la mejor cura contra el dolor de cabeza posterior, mientras que no se recomienda el paracetamol, pues se puede revertir su efecto hacia lo tóxico.
Con información de Infobae