Las desigualdades, así como la discriminación, la estigmatización y la criminalización, impiden poner fin al sida, dejando a mujeres, niños y adolescentes en mayor vulnerabilidad, advirtió el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, mejor conocido como ONUSIDA.
De acuerdo con el organismo, las desigualdades de género y económicas, así como las diferencias entre niños y adultos, están obstaculizando la respuesta frente a esta pandemia.
Según sus datos, en áreas con alta prevalencia, las mujeres que han sufrido violencia dentro de la pareja se enfrentan a un 50% más de posibilidades de contraer el virus. Los números calculan que las mujeres víctimas de este tipo de agresiones tienen una probabilidad tres veces mayor de haberlo contraído recientemente.
En contraste, los hombres son desalentados a buscar atención médica. En 2021, mientras que el 80% de las mujeres diagnosticadas accedían al tratamiento, solo el 70% de los hombres no recibían alguno.
Las inequidades también se extienden entre adultos y niños. ONUSIDA estima que cada dos minutos, una adolescente o mujer joven de 15 a 24 años adquiere el VIH. Sin embargo, en 2021, 800 mil niños y niñas infectados aún no recibían tratamiento para salvarles la vida.
Asimismo, el 60% de la población de 5 a 14 años que viven con el virus no reciben actualmente tratamiento.
Mientras más de tres cuartas partes de los adultos con VIH toman antirretrovirales, a solo poco más de la mitad de los niños se les está administrando un tratamiento.
Esto ha tenido consecuencias mortales, ya que en 2021, a pesar de que los infantes representaban el 4% de todas las personas infectadas, concentraban el 15% de todas las muertes relacionadas con el sida.
A estas desigualdades se suma la discriminación y estigmatización. Según las cifras de las Naciones Unidas, en los países que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, los hombres tienen tres veces menos probabilidades de conocer su estado de salud respecto a este tema, que aquellos que viven en naciones con las leyes menos represivas.
Esto también aplica para los trabajadores sexuales, ya que en los países donde se criminaliza esta actividad, las personas tienen siete veces más posibilidades de infectarse.
En todo el mundo, los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres tienen 28 veces más probabilidades de vivir con el VIH que la población general. Asimismo, las personas que se inyectan drogas corren 35 veces más riesgos; los trabajadores sexuales, 30 veces más, y las mujeres transgénero, 14 veces más.
En total, las poblaciones más vulnerables representan menos del 5% de la población mundial, pero ellas y sus parejas sexuales representaron el 70% de las nuevas infecciones en el 2021.
El pasado 28 de julio, ONUSIDA publicó su Reporte global de SIDA, en el que informó que cada minuto fallece una persona en el mundo debido a causas relacionadas con el síndrome, mientras que todos los días 4 mil personas adquieren VIH.
De acuerdo con la organización, en 2021, 1.5 millones de personas lo contrajeron, mientras que 38.4 millones estaban viviendo con él. En dicho año, 650 mil personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida.
Igualmente, advirtió que las infecciones han aumentado desde 2015 en 38 países a nivel mundial. En algunos lugares, las cifras se acrecientan a pesar de que anteriormente se estaban reduciendo.
Todo esto a pesar de que existen tratamientos eficaces contra el VIH y herramientas para prevenir, detectar y tratar las infecciones de manera oportuna, apuntó.
A principios de este mismo año ONUSIDA avisó que la respuesta al sida se encuentra en situación de peligro como consecuencia del aumento en el número de las nuevas infecciones y las continuas muertes en muchas partes del mundo.
Este miércoles, un informe del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) reveló que el virus afecta a más de 2.3 millones de personas en el continente, mientras que casi 107 mil fueron diagnosticadas con en la región en 2022. El año pasado, se registraron 300 nuevos casos al día.
Sin embargo, la agencia estima que una de cada 8 personas en la Unión Europea tiene VIH pero no han sido diagnosticadas. Igualmente encontró que desde al menos 2018 y hasta 2021 más personas se infectaron en la zona de lo que había sido diagnosticado.
La directora del ECDC, la Dra. Andrea Ammon, advirtió que el largo período de tiempo entre la infección y el diagnóstico aumenta las posibilidades de enfermedades graves e incluso la muerte si se diagnostica tarde.
“Tampoco es bueno para la salud pública, ya que las personas positivas que no reciben tratamiento pueden transmitir el VIH a sus parejas sexuales sin saberlo”, añadió.
Por su parte, el Director Regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge, señaló que el estigma está disuadiendo a las personas de hacerse la prueba.
“Debemos trabajar juntos para asegurarnos de que nadie sienta miedo de hacerse la prueba, ni vergüenza, desesperación o aislamiento por su estado. Todos, en todas partes, deberían poder obtener los servicios y la atención respetuosa que necesitan”, reiteró.
En México, 14 mil personas han sido diagnosticadas en 2022. En total, hay más de 219 mil personas viviendo con dicha condición, de los cuales la mayoría corresponden a hombres, revela el sistema de vigilancia epidemiológica de VIH dependiente de la Secretaría de Salud (SS).
Cada año, el 1 de diciembre, se conmemora el Día Mundial del Sida. Fue establecido en 1988 y fue el primer día dedicado a la salud en todo el mundo. Desde que se descubrió el virus, por lo menos 40 millones de vidas que se han perdido por el sida.
Este martes, ONUSIDA pidió garantizar un acceso igualitario a derechos, servicios, ciencia y recursos ante las desigualdades, discriminación y prevalencia del VIH. Igualmente, instó a aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención, así como reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión,
La Directora Ejecutiva de la organización, Winnie Byanyima, también hizo un llamado a reducir las desigualdades y luchar contra la discriminación y el estigma, así como a combinar los servicios para la salud sexual y reproductiva y los servicios para prevenir y responder tanto a la violencia sexual y de género como al VIH.
“La discriminación contra las personas marginadas está perjudicando gravemente la respuesta al VIH”, concluyó.
Con información de: Aristegui Noticias