Hace un año se conoció que fue víctima de su tía quien la vendió a un hombre por 500 pesos, entonces, el gobierno estatal prometió ayudarla, pero no le cumplió.
En el incendio que ocurrió en San Juan Bautista Tuxtepec, en la región Cuenca del Papaloapan, murió su abuela y su hermana Ana, de siete años, se encuentra delicada.
En la víspera, la adolescente fue transportada en ambulancia área de la Secretaría de Marina (Semar), al Centro Nacional de Investigación y Atención al Paciente Quemado (Ceniaq) en la Ciudad de México.
La institución reportó a “Chayito”, como la nombran de cariño, grave debido a que presenta quemaduras en el 40 por ciento del cuerpo, y la han mantenido sedada y conectada a un respirador; una vez estabilizada la llevaron al hospital de especialidades de la capital de país.
El fuego inició antes de las 07:00 horas del pasado miércoles, consumió la totalidad de la casa de las tres mujeres, dedicadas a la separación y clasificación de la basura en las calles de Tuxtepec, colindante con el estado de Veracruz.
A pesar de los esfuerzos del cuerpo de bomberos y vecinos no pudieron salvar con vida a Paulina, de 65 años, abuela de Ana y Rosario, quienes fueron rescatadas vivas, pero con quemaduras de consideración.
Víctima del engaño y violencias de todo tipo
A su corta edad, Chayito ha sido víctima de violencia sexual, psicológica e institucional.
En su infancia fue testigo del homicidio de su mamá, a manos de su padre, por lo que su abuela Paulina se hizo cargo de ella y su hermana, posteriormente, una tía la vendió a un hombre, a cambio un marrano (cerdo), un guajolote y 500 pesos.
Durante su unión, fue objeto de vejaciones y abuso sexual por parte de la “pareja”, así como la tortura, por parte de la suegra; Chayito, consiguió escapar con ayuda de su abuela, con quien retornó al oficio de la pepena junto con su hermanita.
Luego de darse a conocer su historia, en julio del año pasado, autoridades del gobierno estatal y municipal prometieron ante la prensa hacerse cargo de Chayito y su familia, sin embargo, no lo cumplieron, por lo que hasta el miércoles pasado vivieron en un cuarto pequeño, rodeadas por la basura recolectada.
Con información de Excélsior