Las repercusiones de la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) de California se extendieron a Miami, en donde la entidad financiera abrió una sucursal en Brickell, en 2021, para aprovechar la vena emprendedora de la ciudad.
Durante décadas, este banco de nicho respetado a nivel nacional ha atendido a empresas tecnológicas emergentes. El gobierno federal cerró Silicon Valley en la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos y confiscó sus activos el viernes, cuando la institución experimentó un clásico pánico bancario.
El banco, que de acuerdo con los reguladores contaba con $209,000 millones en activos totales, se derrumbó en cuestión de horas cuando los depositantes —en su mayoría trabajadores del sector tecnológico y empresas respaldadas por capital de riesgo— se apresuraron a retirar dinero esta semana en medio de la preocupación por el deterioro de la salud de sus estados de cuenta.
La rapidez de la quiebra del banco conmocionó al sector tecnológico estadounidense y muchas empresas y empresarios se preocuparon por su capacidad para pagar a los trabajadores la próxima semana si no pueden acceder a sus cuentas, así como por el posible efecto en su ya de por sí rezagado sector.
Los reguladores estadounidenses dijeron que el banco reabriría el lunes por la mañana, pero los depositantes solo podrían retirar hasta $250,000, la cantidad cubierta por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC).
Informes reguladores anteriores mostraban que gran parte de los depósitos de SVB superaban ese límite. Incluso antes de abrir la oficina de Miami, Silicon Valley se había convertido en los últimos años en un importante proveedor de financiación para las nuevas empresas tecnológicas en la Florida, dijo Saxon Baum, socio de Florida Funders, con sede en Tampa, que también invierte mucho en el sur de la Florida y tiene una oficina en Miami.
Baum dijo que no tiene cifras concretas, pero sospecha que “una buena cantidad de empresas hacen operaciones bancarias con SVB y una buena cantidad de empresas tomaron la deuda de SVB”.
La quiebra del banco, dijo, probablemente “solo va a hacer que el entorno de financiación sea más restringido de lo que era antes”. Aunque advierte que es demasiado pronto para saber cuáles serán los efectos a largo plazo, a corto plazo “va a doler y va a haber algún efecto dominó”, dijo Baum.
Silicon Valley, considerado durante mucho tiempo el banco preferido por las empresas tecnológicas y de capital de riesgo, trató de aprovechar el crecimiento del sector en Miami cuando adquirió Boston Private y ocupó sus oficinas en la torre Four Seasons de Brickell Avenue.
En ese momento, segén informó South Florida Business Journal, SVB tenía 35 empleados en Miami, planeaba contratar más y también estaba considerando abrir una segunda sucursal local en Wynwood. En un comunicado de prensa del 14 de septiembre de 2021, en el que se anunciaba la apertura de su oficina en Miami, los ejecutivos de SVB dijeron que el equipo local se centraría en las “nuevas empresas en fase inicial” y en la “banca comercial, banca privada y gestión de patrimonios para empresas tecnológicas y de ciencias de la vida de todos los tamaños y sus inversores”.
La sucursal de Miami también serviría como puesto de avanzada local para el equipo Global Gateway del banco, que, de acuerdo con el comunicado, “apoya a empresas e inversores en centros de innovación emergentes de todo el mundo, como América Latina”.
Con información de: El nuevo Heraldo